‘Lumi’, la cachorra que resucitó de la basura
LA POLICÍA FORAL IMPUTA A UN GANADERO DE TIERRA ESTELLA QUE TIRÓ A UN CONTENEDOR 8 PERROS, DE LOS CUALES MURIERON SIETE
umi ni siquiera sabía que llegaría a tener un nombre. En realidad, estuvo a pocos minutos de no tenerlo nunca. Gracias a un ciudadano que fue a tirar la basura y la escuchó gemir, será por muchos años Lumi, el nombre que eligió para ella la hija de su madre de acogida, Almudena Narváez, de la asociación Katx Felina, que junto con Egapeludos, la resucitaron. “No dábamos un duro por ella. Estaba muy justica”, admiten desde ambos colectivos animalistas, que están a la espera de una familia de adopción para ella.
La cachorra fue la única superviviente de una camada de ocho perros que un vecino de Tierra Estella, de 72 años, arrojó a un contenedor el pasado 16 de diciembre. Agentes de la Policía Foral adscritos a la Brigada de Protección Medioambiental lo han iden
Ltificado y le imputan de un delito de maltrato de animales domésticos. La Policía Foral informó ayer de que tras el hallazgo de los animales, en el que colaboró Eneko Erce, de Egapeludos, el Grupo de Investigación Medioambiental de la Policía Foral recogió los cuerpos de los cachorros y tomó manifestación a varios testigos. Con las pruebas obtenidas y los datos del censo canino, los investigadores se dirigieron a una explotación ganadera situada en Tierra Estella, donde podrían haber nacido los ocho perros.
Allí se entrevistaron con el responsable, que afirmó tener varios canes, entre ellos una hembra que había dado a luz recientemente, y que conservaba dos cachorros vivos. Los agentes comprobaron varias irregularidades en la vacunación antirrábica de los animales y tomaron muestras de ADN de la perra para ver si coincidía con el de los cachorros, que resultó ser el mismo.
Inicialmente, el responsable de la explotación reconoció ante los agentes que la perra había tenido una camada de diez cachorros, y que había decidido quedarse con ocho y acabar con la vida del resto. Sin embargo, en el transcurso de la investigación, cambió de versión para afirmar que los ocho cachorros habían muerto accidentalmente tras ser aplastados por una paca de paja, pero la necropsia de los cuerpos de los animales no respaldaba esta segunda versión, por lo que finalmente se le imputó un delito de maltrato de animales domésticos, recogido en el artículo 337 del Código Penal. ●