Diario de Noticias (Spain)

Buenas noticias para Navarra, malas para UPN

La derecha, que había apostado toda su estrategia política a una crisis dura y larga, no logra disimular su nerviosism­o ante la mejora de la situación económica y sanitaria. La respuesta ha sido volver a la plaza de Colón

- Ibai Fernandez POR

El Servicio Navarro de Salud pondrá esta semana cerca de 50.000 vacunas. El 41% de la población diana ha recibido al menos una dosis, lo que está permitiend­o reducir la presión hospitalar­ia y mitigar el impacto del virus en la vida cotidiana. Casi un mes después del fin del estado de alarma no hay rebrotes ni el caos que anunció la oposición, y las perspectiv­as del verano empiezan a ser optimistas.

No es la única noticia positiva que deja la semana. Según los últimos datos de paro más de 3.000 personas han salido del desempleo solo en el último mes y la cifra de cotizantes es la más alta desde que hay registros. Los números tienen muchos matices, y no todos son positivos, pero se confirma una reactivaci­ón del mercado laboral, especialme­nte en sectores clave como la industria y los servicios. Europa ha confirmado además que tramitará los primeros fondos europeos en verano, y que las medidas de austeridad se aplazan al menos hasta 2023. Así que habrá dinero para financiar la recuperaci­ón económica, y no será necesario aplicar recortes presupuest­arios al menos a corto plazo.

Un horizonte que Navarra afronta con la competenci­a de sanidad penitencia­ria recién firmada. Que si bien tiene un peso menor en el conjunto del autogobier­no, supone el primer avance en el cumplimien­to del Amejoramie­nto en los últimos 20 años en medio de una potente inercia recentrali­zadora.

La crisis sanitaria no ha terminado, y todavía faltan por testar las consecuenc­ias sociales y económicas que deja una situación tan excepciona­l como inesperada. Hay hastío social, incertidum­bre económica y retos pendientes de solución en un contexto presupuest­ario atado a una deuda pública que no va a ser infinita. Pero en puertas del verano asoma ya la luz al final del túnel, y eso no parece ser una buena noticia para todo el mundo.

CON EL PIE CAMBIADO Hubo un tiempo en el que UPN presumía de que lo que era bueno para el partido era bueno para Navarra. Pero hoy más bien da la impresión contraria. Es lógico, y hasta cierto punto comprensib­le, que a la oposición le incomoden las noticias que cree que pueden beneficiar los intereses electorale­s del Gobierno. El problema es que a la derecha en Navarra se le nota demasiado. No hay más que ver la reacción de sus dirigentes estos últimos días a los datos de empleo, al proceso de vacunación o a la competenci­a penitencia­ria para obserpolít­ica var el estado de ánimo que invade las filas de Navarra Suma.

Hay una preocupaci­ón evidente en la derecha, que había apostado toda su estrategia política a una crisis dura y larga. Una actitud de bronca permanente que ha crispado el debate parlamenta­rio hasta niveles inusuales en la política navarra, y que no se entiende sin la dosis de frustració­n personal de quien aspiraba a dirigir una consejería y hoy ejerce un mero papel de oposición. Pero que no justifica algunas actitudes de estos últimos meses, en los que se ha buscado la confrontac­ión política, social y territoria­l allí donde ha sido posible.

Es el triste epilogo que deja un curso político centrado en la pandemia, y que va condiciona­r la oposición de Navarra Suma en lo que resta de legislatur­a. Porque una vez alcanzado el nivel de crispación actual, resulta difícilmen­te reversible. Lo que aleja cualquier posibilida­d de acuerdo con el Gobierno foral y vaticina una huida hacia adelante de la derecha en Navarra en los dos años que restan hasta las próximas elecciones autonomica­s.

De momento, UPN ha optado por sumarse a la concentrac­ión contra los indultos del próximo domingo en Madrid. Una cita que evoca a la foto de Colón de 2019 y que volverá a dar un protagonis­mo central a la extrema derecha. Pero que pocos réditos políticos va a reportar a un partido cada vez más desdibujad­o en el conglomera­do de la derecha española.

Porque ni la manifestac­ión va a

La presencia de UPN en Madrid junto a la extrema derecha facilita la cohesión de la mayoría que sostiene al Gobierno de Navarra

En la actitud bronca de UPN hay parte de frustració­n personal de quien aspiraba a dirigir una consejería

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