Diario de Noticias (Spain)

“Se me nubló la vista y perdí la cabeza”

EL AUTOR DE LOS DISPAROS DICE ARREPENTIR­SE DE TODO Y NO TENER EXPLICACIÓ­N SALVO LA IRA Y NERVIOS DE LA PELEA. DECLARÓ QUE COGIÓ LA ESCOPETA CARGADA “POR CASUALIDAD”.

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Hundido, lloroso, cabizbajo, respetuoso y arrepentid­o, Juan Carlos Jiménez Jiménez, el padre del clan de Muniáin de la Solana y autor de los disparos en el triple crimen de Cáseda, quiso alejarse ante el jurado de su presunta aura de tirador frío y asesino implacable. No respondió, eso sí, a las cuestiones de la acusación particular. Más allá de eso, Juan Carlos Jiménez se autoinculp­ó de los delitos que aquí se juzgan, quiso exculpar a sus hijos y, sobre el momento de los disparos mortales, le asistió la amnesia momentánea. “Cuando saco el arma, ya no me acuerdo de nada. Tenía la cabeza nublada por la ira y la rabia, por los nervios de la pelea y la tensión que tenía encima de mí. Ahora todavía me pregunto cómo pude hacer eso, aún no sé si es verdad o es mentira. Ojalá pudiera devolverle­s la vida”, concluyó en su alegato.

Al comienzo del mismo, Juan Carlos se había enredado en otros pormenores para explicarse. Negó que hubiera discutidfo con su hija por teléfono, dijo que se enteró de que se había ido a casa cuando le pidió a su hijo Emilio que le escribiera un whatssapp para que bajara a su nieta a merendar al parque y que, al no verla, le dictaba a su hijo lo que tenía que escribirle a ella. Entonces, decidió ir a Cáseda a por ella y lo hizo en un coche con dos escopetas, una de ellas cargada, cinco navajas y cuatro varas. Dijo que por ser gitano siempre lleva cuchillos y palos encima, como costumbre, y sobre la munición de la escopeta, recordó que sus hijos habían estado cazando días antes y la dejaron cargada en el maletero. Si luego empuñó precisamen­te la única que tenía cartuchos fue “por mera casualidad. Era la que estaba más arriba en el maletero, retiré una manta y la cogí”. Juan Carlos dijo que acudieron a Cáseda para que su hija Amparo regresara a casa, que no tenían otro objetivo. Pero que ella se quería quedar allí.

Juan Carlos apuntó que al llegar le dio “una colleja” a su hija y “un tortazo” a Julián, tras lo cual comenzó una pelea entre todos en la que recibió varios varazos en el cuerpo, declaró, a la vez que negó haberle dicho a uno de sus hijos “saca, saca”, en referencia a la escopeta y que otro de sus hijos le gritara “dispara, dispara” cuando ya tenía el arma en las manos.

“TENGO QUE PAGAR POR LO QUE HE HECHO” El acusado mostró en repetidas ocasiones a lo largo de la vista su pesar por lo ocurrido. “Ojalá no hubiera sido así, lo siento muchísimo” por las dos familias, manifestó. En respuesta a las preguntas de su abogada, María Lázaro, insistió en que el motivo del viaje a Cáseda era exclusivam­ente llevarse a su hija Amparo y alejarla “de esa persona que estaba haciendo la vida imposible a mi hija”, ya que Julián la maltrata y “le pegaba si no quería tener relaciones sexuales”.

“Llevo tres años preso y todavía estoy pensando cómo pude hacer eso”, señaló Juan Carlos. “Esta tragedia no tendría que haber sucedido”, ha agregado, tras declarar que “yo tengo que pagar, 20 o 400 años, los que sean, porque yo lo he hecho”, pero “ojalá no hubiera sucedido”.

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Foto: Javier Bergasa Juan Carlos Jiménez Jiménez, padre y autor de los disparos, ayer al testificar.

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