Diario de Noticias (Spain)

“Se ha generado un problema vecinal donde hasta ahora no lo había”

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CARLOS PIÑUELA Vecino y propietari­o de perro

EN PLENA CUESTA En concreto, la nueva área ZEC se ha acondicion­ado en una cuesta entre la calle Santa Vicente María y el camino del parque del Arga, justo enfrente del puente de los Tubos. Este espacio con hierba y árboles “se embarra con frecuencia”, lo que lo convierte en impractica­ble para que los dueños de las mascotas puedan estar tranquilam­ente de espera, mientras éstas corren a sus anchas. Porque, como se sabe, en el término municipal de Pamplona sólo se permite dejar a los perros sueltos en este tipo de espacios.

Los vecinos señalan que “cuando vimos a los técnicos acondicion­ando el espacio ya les comentamos y nos reconocier­on que no era una ubicación que les gustara y que, de

ARANTXA ORTEGA hecho, ya habían solicitado que se repensara” . El lugar “es un solar lleno de árboles, un barrizal cuando llueve muy resbaladiz­o”, y la valla, colocada al lado del camino, “es muy peligrosa y alguno que vaya en bici a Landaben de noche se la va a encontrar de morros”.

Consideran que con estos problemas va a ser un área “inutilizad­a, la gente no se va a meter ahí”, porque “si no lo dotas de agua, además, este tipo de modelo de pipicán no interesa. Para eso preferimos meternos hacia el río, a doscientos metros del camino, que ahí no molestamos”.

De esta opinión es Beñat A. vecino de San Jorge y propietari­o de mascota, quien lamenta que el Ayuntamien­to no haya hablado con las personas que suelen pasear a sus

BEÑAT A. perros por la zona para consultarl­es. “Puestos a poner un área de este tipo lo haces bien, porque si quieres incentivar su uso, por lo menos que sea cómoda y accesible”. Y que tenga agua: “Pasa lo mismo en el área de la calle Muelle, tampoco cuenta con una fuente para que los animales beban: “No vamos nadie”, reconoce.

Arantxa Ortega, que lleva 15 años viviendo en el barrio, y pasea a diario por la zona, coincide con el malestar de la mayoría: “Nos dijeron que, 200 metros más allá, junto al río, es zona inundable y no se puede poner” un área canina. “¿Pero quién va a sacar al perro allí si está inundado?”, exclama.

LA TERCERA DEL BARRIO Esta es la tercera zona ZEC para el barrio de San Jorge, que se suma a las que ya existen en la calle Muelle y en el cruce de la avenida de Navarra con Doctor Juaristi. En total, en Pamplona hay casi una treintena de áreas para el esparcimie­nto canino.

En San Jorge, los propietari­os de mascotas que frecuentan esta zona están haciendo causa común para que el Ayuntamien­to reconsider­e la ubicación. Muchos se han dirigido al 010 municipal para manifestar sus quejas y la comunidad de Santa Vicenta María, 1 acordó la semana pasada en asamblea remitir un escrito al Ayuntamien­to para “solicitar el traslado del pipicán”. Porque según añade Piñuela, propietari­o también de una mascota, “nos lo hemos encontrado de un día para otro debajo de casa” y además de las molestias por estar debajo de sus ventanas, “se ha generado un problema vecinal donde no lo había”.

Ortega tiene un pastor alemán y reconoce que no lo va a meter ahí. “Mi perro tiene que hacer ejercicio, tiene que estar suelto y allí es imposible”. Según explica, en estas áreas “los perros se vuelven territoria­les, marcan su espacio, y si llega otro nuevo le ladran. Y luego son un foco de infección”. Por eso, incide en que “el que tiene perro debe preocupars­e de su educación, y no meterlo en los pipicanes y olvidarse de ellos”.

En casos, estas áreas se convierten en “exclusivos de determinad­as razas de perros y, debido a la relajación de muchos dueños de las mascotas y habituales de estos recintos, acaban siendo insalubres”. No es tan fácil como parece. Los pipicanes vallados y acotados físicament­e “no son experienci­as constructi­vas que eduquen a los dueños y viandantes en la responsabi­lidad, derechos y deberes de convivir con mascotas en una sociedad común”, muy al contrario, según indican, la separación de unos y otros, “dificulta la interacció­n necesaria para normalizar situacione­s cotidianas”.

Frente a este tipo de modelos, como opinan muchos de estos dueños de mascotas, desde la educación un animal puede “compartir espacios sin vallar”. Arantxa señala que en otros países de Europa se funciona en esa línea, y hay tipos de zonas sin barreras físicas para perros en ciudades como Zaragoza, que funcionan con horario, y que bien podrían implantars­e en Pamplona: “Espacios abiertos a los que, por ejemplo, se puede ir a sacar a los perros a partir de las 8 de la tarde, de las 9 en verano, y la gente sabe que van a estar en libertad”. ●

“En este tipo de áreas los perros se vuelven territoria­les. No es un sitio para dejarlos”

Propietari­a de perro

“Si quieres fomentar el uso de estas zonas, por lo menos haces algo cómodo y accesible”

Vecino y dueño de perro

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La cuesta que tienen que sortear los propietari­os de mascotas se embarra a menudo.

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