Diario de Noticias (Spain)

CINCO GOYAS PARA ‘AKELARRE’ Y ‘LAS NIÑAS’, MEJOR PELÍCULA

El filme coproducid­o por Lamia ganó cinco estatuilla­s, de entre las que destaca la segunda de su carrera para el pamplonés Mikel Serrano ● La gala, presencial y virtual, fue ágil y se desarrolló sin errores

- Ana Oliveira Lizarribar Miguel A. Córdoba/ Ana Belén Fernández

PAMPLONA – Era una de las grandes favoritas y la previsión se cumplió. Las niñas, de Pilar Palomero, fue la mejor película en una noche de los Goya singular, con una gala celebrada desde el Teatro Soho de Málaga que las y los nominadas y nominados siguieron desde sus casas, hoteles, casas rurales o lugares de paso donde se encuentran trabajando. La película Akelarre, coproducid­a por la navarra Lamia Produccion­es (Iker Ganuza), fue el filme más premiado de la 35ª edición, con cinco premios: a mejores efectos especiales, mejor maquillaje y peluquería, mejor vestuario, mejor dirección artística, para el pamplonés Mikel Serrano, y mejor música. En este último caso, las compositor­as Maite Arroitajau­regi y Aránzazu Calleja protagoniz­aron uno de los momentos de la gala al versionar la canción original del filme dirigido por Pablo Agüero, un tema en euskera, para dar las gracias por el galardón. Serrano suma con este su segundo trofeo de la Academia de Cine.

La noche de ayer fue la de unos Goya muy repartidos, de los más repartidos de los últimos años. Fue la noche de Adú, de Salvador Calvo, que ganó cuatro estatuilla­s; la de Las niñas, de Pilar Palomero, con otras cuatro, y la de Ane, con tres. Los mejores intérprete­s principale­s fueron Patricia López Arnaiz por Ane, y Mario Casas, por No matarás.

Dirigida y conducida por Antonio

Banderas y María Casado, la ceremonia apostó por la sobriedad, la música y la emoción, ya que el coronaviru­s y la situación que ha generado en la sociedad española en general y en el sector del cine en particular planeó todo el tiempo por el escenario de un teatro prácticame­nte vacío. Y es que apenas ocuparon las butacas medio centenar de invitadas/os que ejercieron de presentado­res. De entre ellos destacó, sin duda, la enfermera Ana María Ruiz, que fue la encargada de entregar el Goya a la mejor película.

“La cultura acompaña y sana, da calor y consuelo, que tanta falta nos hace”, afirmó la enfermera del SUMMA 112, creadora de la biblioteca Resistiré que se desarrolló en el hospital de campaña de Ifema durante los meses más duros de la pandemia. Ruiz recordó a todas las víctimas y calificó el cine como “uno de los grandes cuidadores del prójimo”. “Déjense cuidar”, sugirió.

El aspecto virtual de la gala centró la atención del acto, ya que, entre la previa y la ceremonia, intervinie­ron

casi 140 personas desde distintas localizaci­ones. Un enorme rompecabez­as tecnológic­o que funcionó sin errores notables y que generó una gran espontanei­dad entre las y los premiadas y premiados. Fueron los casos de Sergio Jiménez, una de las sorpresas al lograr el premio al mejor montaje por un documental (El año del descubrimi­ento), que dijo que solo esperaba verse un día en los Goya en la categoría de In Memoriam, y el de Daniela Cajías, muy emocionada por ser la primera mujer que gana un Goya a mejor dirección de fotografía.

A las conexiones en directo se sumaron, asimismo, los vídeos grabados por personalid­ades de Hollywood como Robert de Niro, Al Pacino, Glen Close, Charlize Theron, Salma Hayek y Benicio del Toro, y de otras cinematogr­afías como Ricardo Darín, Isabelle Huppert o Monica Bellucci.

EL CINE CURA Tanto durante su discurso de apertura como en otras de sus intervenci­ones, Antonio Banderas subrayó la importanci­a de la industria del cine, poniendo en primera línea a los profesiona­les de oficios menos visibles, “que no pasean por la alfombra roja”, pero de los que dependen miles de familias en el Estado. “Nuestro cariño, gratitud y solidarida­d a todos ellos”, apuntó el actor malagueño, que defendió que si bien el sector del cine no está considerad­o esencial, por lo menos “somos convenient­es, convenient­emente necesarios o sencillame­nte gente que queremos echar una mano”.

Por su parte, el presidente de la Academia, Mariano Barroso, agradeció a las/os canditatas/os “vuestra comprensió­n y paciencia” y reivindicó la importanci­a del audiovisua­l en esta pandemia. “¿Cuántas películas hemos visto a lo largo de este año? Si se pudiera sumar el tiempo, saldrían millones de horas, millones de días. Saldrían miles de años de cine”, expresó. En este sentido, resaltó la labor del cine para ayudar a “a salir de la realidad obsesiva y dolorosa, de los dramas personales y familiares” durante esta pandemia, “aunque solo haya sido por un par de horas”. El presidente también destacó que este año ha existido paridad en las categorías de dirección y de dirección novel y que el porcentaje de candidatas en esta edición ha ascendido al 41%.

MUJERES Precisamen­te, las palabras de las mujeres del mundo del cine español tuvieron mucho peso durante el evento. Entre ellas, la de Mabel Lozano, que ganó el Goya al mejor corto documental por Biografía del cadáver de una mujer, que narra el asesinato en Navarra de Yamiled Giraldo. “Este premio es muy importante para poner voz a niñas mujeres víctimas de la trata con fines de explotació­n, que están desnudas de derechos, y sufren las deudas de sus secuestrad­ores, la complicida­d de quienes las compran como si fueran un trozo de carne y la indiferenc­ia de quienes miran hacia otro lado”. En su caso, Rozalén recordó que mañana es 8 de marzo y destacó que, “aunque no nos dejen hacerlo en la calle, podemos seguir reivindica­ndo desde nuestras ventanas”. Y Aránzazu Calleja, ganadora del Goya a la mejor música por Akelarre, dedicó el galardón “a todas las mujeres que abren paso”.

ÁNGELA MOLINA Y BERLANGA En el apartado de homenajes, Carlos Latre protagoniz­ó el tributo a Berlanga convirtién­dose en Pepe Isbert, y agradeció al cineasta valenciano por “enseñarnos la libertad de crear, de creer, de pensar, de soñar”. Y emocionant­e fue la entrega del Goya de Honor a Ángela Molina. La actriz, que dijo recibir el premio “con alegría y serenidad”, lo dedicó a sus padres, “a mi familia adorada” y a “todos con quienes he trabajado en alguna ocasión”.

Los nominados a la 35ª edición de los Goya comentaron ayer en un encuentro virtual previo a la ceremonia cómo iban a asistir telemática­mente a la gala, acompañado­s de amigos y familia, algunos degustando cerveza y jamón y hasta improvisan­do un rap sobre la “extraña” situación a la que la pandemia ha abocado a los galardones. “Alfombra roja verde o marrón, lo que está claro es que este año es en mi salón”, rapeó David Galán, nominado a mejor guión adaptado por Orígenes Secretos.

Javier Cámara, nominado a mejor actor por Sentimenta­l, estaba en el salón de su casa, con amigos y pareja. “Aflorarán lágrimas y alegrías y muchos errores que tendrán que ser perdonados por la gente, porque es muy complicado de hacer”, dijo. Y añadió: “Y si sale mal, improvisar­emos, que eso se nos da muy bien en este país”. David Verdaguer, nominado a mejor protagonis­ta por Uno para todos, del pamplonés David Ilundain, vivió la gala desde Madrid. “Hay ganas de abrazar, pero gracias a todos por el esfuerzo de sacar adelante esta gala”, indicó. Por su parte, Amaia Aberasturi, nominada a mejor actriz protagonis­ta por Akelarre, reconoció que la pandemia ha provocado “una gala rara”, pero puntualizó: “Es mi primera vez así que no tengo con qué compararlo”. Paula Usero, nominada a mejor actriz revelación por La boda de Rosa, agradeció que la gala sea desde casa porque “estoy muy nerviosa”, reconoció.

Alejandro Sanz, nominado por primera vez a mejor canción por El verano que vivimos, admitió nervios en una noche que vivió desde Miami en su casa con su pareja, en el estudio de grabación que tiene habilitado. También desde su estudio lo vivió Rozalén, candidata, como Sanz, a mejor canción por Que no, que no, de La Boda de Rosa. La cantante reconoció que cuando se enteró de que iba a ser telemática le entró “un poco de bajoncillo”, pero está “feliz porque jamás en la vida” pensó “que iba a estar nominada a un Goya”.

Icíar Bollaín, nominada a mejor dirección por la película La boda de Rosa, siguió la gala desde Donostia con Blanca Portillo y parte del equipo de Maixabel, filme que rueda estas semanas. David Pérez Sañudo, nominado al Goya a mejor película y a mejor dirección novel por Ane, conectó con la previa desde una casa rural en Burgos junto a la actriz Patricia López Arnaiz, nominada a mejor actriz protagonis­ta y a Jone Laspiur, nominada a mejor actriz revelación. “Cuando supe que nos íbamos a reunir, me dio una gran alegría, vamos pasar un día muy bonito”, destacó.

PRESENCIAL Por la alfombra roja presencial pasaron las/os presentado­ras/es de la ceremonia, casos de Alejandro Amenábar, Juan Antonio Bayona, Emma Suárez, Marta Etura, Paz Vega, Belén Cuesta, Antonio de la Torre, Elena Irureta, Marta Nieto, Aitana, Jon Kortajaren­a, Najwa Nimri, Leonardo Sbaraglia, Belén Rueda, etcétera.

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 ??  ?? La imagen más significat­iva se produjo al principio de la velada, con Antonio Banderas en el escenario y todas/os las/os nominadas/os conectadas/os, en un mosaico de decenas de pantallas.
La imagen más significat­iva se produjo al principio de la velada, con Antonio Banderas en el escenario y todas/os las/os nominadas/os conectadas/os, en un mosaico de decenas de pantallas.
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Mabel Lozano, agradecien­do el premio a ‘Biografía del cadáver de...’
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Aitana interpretó ‘Happy Days and Here Again’.
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Maite Arroitajau­regi y Aránzazu Calleja, emocionada­s con su Goya.

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