SALUD MENTAL, LAS SECUELAS DEL VIRUS
PERSONAS DIAGNOSTICADAS RECLAMAN REFORMAS EN EL SISTEMA PSIQUIÁTRICO
“Algunos centros psiquiátricos son cárceles en las que se vulneran los derechos humanos”
MANUEL VÁZQUEZ DÍAZ
Miembro de Mejorana
“Además del estigma social, es igual de importante combatir el propio y empoderarnos” SANDRO IABONI
Miembro de Mejorana “Se da a entender a la sociedad que somos diferentes al resto y que hay que temernos”
RUTH MAQUEDA
Miembro de Mejorana “Está habiendo muchas bajas y trabajar con sustituciones significa volver a abrirse a alguien” CRISTINA GALARZA GOIKOETXEA
Miembro de Mejorana
Nadie se ha librado del desbarajuste que ha supuesto la pandemia del coronavirus en todos los niveles de la sociedad, con afectaciones negativas en el ámbito laboral, económico o social, pero también en el plano personal. Una de las secuelas de pausar las rutinas durante los meses de confinamiento, y la modificación de las mismas de ahí en adelante, ha sido el incremento del estrés psicológico y todas sus consecuencias. Los miedos de la irrupción del covid-19 en la vida cotidiana, la preocupación por la salud de los seres queridos, y el aislamiento social prolongado ha causado un impacto directo en la salud mental de las personas: ha incrementado los casos de ciertos trastornos y ha agravado otros ya presentes.
Hay quienes ya hablan de una segunda pandemia, la de aquellos que no han contraído el virus, pero que sufren de un modo u otro los efectos de la crisis sanitaria y social. Es por eso que este año cobra un sentido amplificado el Día Mundial de la Salud Mental, “o la pérdida de esta”, que tiene por objetivo sensibilizar sobre esta problemática “que afecta desde los primeros registros humanos” y especialmente en el contexto de incertidumbre actual.
Con motivo de la celebración de la jornada de hoy, desde Mejorana –plataforma navarra compuesta únicamente por personas con experiencias de sufrimiento psicosocial– advirtieron de las consecuencias “fatales” del coronavirus en este colectivo que, al ver cortada la posibilidad de salir de casa para seguir asistiendo a las terapias de apoyo grupales y a las sesiones con especialistas de forma presencial, ha visto sus avances clínicos y personales frenados e incluso revertidos.
En este sentido, Sandro Iaboni, miembro de la plataforma, aseguró que las sesiones por videoconferencias no han podido paliar “la distancia física y la falta de lenguaje corporal” y puso de manifiesto la saturación del servicio de Salud Mental de Navarra. “Muchos especialistas están de baja –relacionada con el covid-19– y se está trabajando con mucho personal de sustitución. Eso significa volver a abrirte a otra persona con la que todavía no tienes la confianza que has desarrollado con tu psicólogo o psiquiatra habitual”, añadió Cristina Galarza Goikoetxea.
Una saturación del sistema sanitario que ha requerido de una inyección económica para hacer frente a la crisis del coronavirus que, según lamentó por su parte Eva María Roncero, podría obligar a recortar el presupuesto para el Plan de Salud Mental 2019-23 del Gobierno foral.
1 DE CADA 4 PERSONAS SUFRE TRASTORNOS MENTALES Dejar atrás la connotación negativa El estigma social
Mejorana vio en el Día Mundial de la Salud Mental una ocasión perfecta para de volver a denunciar los “atropellos” que sufren las personas con diversidad funcional como son la sobremedicación, la contención mecánica o los abusos laborales. Es por ello que demandó a los profesionales de este ámbito que “desarrollen su actividad con un aprendizaje continuo en pro de mitigar el sufrimiento de las personas que requieren atención y ayuda. No olvidéis que hay vidas en vuestras manos”, apuntaron en un manifiesto.
La plataforma, que mantiene la vocación de interpretar la salud mental a partir de las experiencias de los propios usuarios, así como explicó Unai San Martín, pidió asimismo a la Administración hacer accesible “una vida digna mediante ayudas a la emancipación, formaciones laborales y empleos adaptados a las dificultades personales” de cada persona de ese colectivo que en muchas ocasiones son objeto de “marginación, burla y humillación por parte de la sociedad”.
Y es que, uno de los mayores handicaps a los que se enfrentan las personas con problemas de salud mental es el cómo son vistos por el resto de la sociedad. “Es el estigma social lo que hace que la gente se aleje de nosotros. Si tú te rompes una pierna y te queda una discapacidad física, digamos una cojera, la gente lo ve normal. Pero si tienes un problema de salud mental, algo que no se ve, hay veces que no se entiende y produce un rechazo en la otra persona. Por eso que a veces tendemos a esconderlo, aunque sea algo muy común”, aseguró Manuel Vázquez Díaz, y es que una de cada cuatro personas desarrollará algún trastorno mental a lo largo de su vida, según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es por ello, para hacer frente a una visión negativa sobre estas patologías, por lo que nació Mejorana, “para que las personas que quieren ayudar y ser ayudadas puedan compartir experiencias, siempre entre iguales”, y para además “normalizar los problemas de salud mental como única manera para luchar contra el estigma social, y también el propio”, aseveró Eva. “Hablamos mucho del estigma de los demás, pero igual de importante es combatir el autoestigma para poder romper el caparazón y empoderarnos. No podemos vernos como sujetos pasivos en la sociedad, sino que debemos adoptar un rol de personas activas y reivindicar nuestros derechos”, añadió Sandro.
EN CONTRA DE LA SOBREMEDICACIÓN “No somos ni tontos ni peligrosos” Contenciones mecánicas
“Es necesario insistir en que es fundamental que dejen de tratarnos como objetos de estudio, para tratarnos como seres humanos”, demandaron desde Mejorana para apelar de forma contundente a la sociedad y dejar claro que “ni somos tontos ni somos peligrosos”. En este sentido, además de señalar que existe un exceso de teoría en el campo de la psiquiatría, aseguraron echar de menos una mayor empatización por parte de algunos profesionales.
Sin embargo, no creyeron que este fuera la mayor adversidad a la que se enfrentan en el plano sanitario, sino que son las prácticas de un sistema de Salud Mental “obsoleto” lo que obstaculiza el progreso de los pacientes. “Los centros psiquiátricos son cárceles en los que se vulneran no solo los derechos de los enfermos, sino los derechos humanos”, declaró Manuel quien puso de manifiesto que “se nos sigue tratando como a animales peligrosos a los que atan a una cama”.
En este caso, el miembro de Mejorana se refirió a la contención mecánica –práctica usada en las unidades de psiquiatría que consiste en suprimir toda posibilidad de movimientos de un paciente al que se ata a una camilla o silla mediante correas, ais