UN PROCESO JUDICIAL CONDICIONADO
La sentencia del Supremo confirma la vía de la cárcel para Urdangarin y el resto de condenados en el caso Nóos pese a unas penas benevolentes y ratifica la responsabilidad de Cristina de Borbón a título lucrativo
La sentencia del Tribunal Supremo que condena a Iñaki Urdangarin, marido de Cristina de Borbón, a cinco años y 10 meses –supone una leve rebaja de la condena que le impuso la Audiencia de Palma, que fue de seis años y tres meses–, le sitúa a las puertas de la cárcel. De hecho, Urdangarin ha sido citado hoy mismo, junto a su exsocio Diego Torres y el expresidente del PP en Baleares Jaume Matas, para notificarles la orden de ingreso en prisión. Es cierto que con este fallo Urdangarin tiene muy difícil eludir la cárcel, pero también lo es que la sentencia ha concluido con penas mucho más benévolas que las reclamadas por el juez que instruyó el caso durante cinco años, José Castro, y por la Fiscalía del Supremo, que reclamaba elevar la pena de Urdangarin hasta los 10 años. Y también respecto al grave alcance de los delitos de los que se acusaba a todos los implica- dos en el caso Nóos, incluida la propia Cristina de Borbón, que fue exonerada de la cárcel por la Audiencia de Palma y condenada a pagar una multa que ahora también ha rebajado el Supremo. El alto tribunal ratifica la responsabilidad como partícipe a título lucrativo de Cristina de Borbón en el delito de malversación y fraude de su marido, pero se la retira respecto al delito fiscal. Eso supone que debe responder económicamente hasta una cantidad de 136.950 euros, 120.000 euros menos que la pena inicial. Más allá del conjunto de la sentencia del caso Nóos, el fallo final es otro ejemplo de que la corrupción, el saqueo de dinero público y el tráfico de influencias apenas tiene coste penal en el Estado español, España y confirma algo asumido por la sabiduría popular, que la justicia no es igual para todos. Basta comparar la situación penitenciaria de la que han disfrutado los implicados pese a la gravedad de unos hechos que en el transcurso del juicio implicaron directamente a la Casa Real –libertad condicional y en el caso de Urdangarin permiso para residir libremente en Suiza–, con la situación de prisión preventiva incondicional que mantiene en la cárcel a los jóvenes de Alsasua por la pelea en un bar con dos guardia civiles. No se trata tanto de extender dudas sobre la vertiente jurídica de la sentencia del Supremo –el juicio ya llegó atado desde la Audiencia de Palma– muy medida en la distribución de penas, sino de constatar que todo el caso Nóos se ha visto condicionado por la personalidad de dos de los acusados y sus vínculos familiares directos, hermana y cuñado, con Felipe de Borbón, actual Jefe del Estado. ●