LA MADUREZ DEL ÁNGEL REBELDE
No cabe duda: Carolina de Mónaco fue una «influencer» antes siquiera de que existiera el término. Todavía no existía el mundo digital ni jóvenes que apodasen a sus famosos favoritos como «icónicos», pero ella ya lo era con todas las de la ley. Contaba la leyenda que sobre la familia Grimaldi, la familia de Carolina, pesaba una maldición según la cual su estirpe nunca tendría un matrimonio feliz. Pero su primogénito, Andrea Casiraghi, parece haberla roto. Varias han sido las ocasiones en las que su belleza fue motivo de revista. Y, aunque no es un príncipe heredero, y tuvo una juventud de rebeldía, ahora celebra sus 40 primaveras junto a su esposa e hijos. Andrea Casiraghi nació el 8 de junio de 1984 a las 22:40 horas en Montecarlo, Mónaco. Su madre, Carolina de Mónaco, no necesita presentación. Su padre es Stéfano Casiraghi, empresario y atleta italiano. Y es en honor a un amigo de este último que su hijo se llamase Andrea. Un Andrea que tan solo tenía seis años cuando su padre Stéfano Casiraghi falleció en un accidente de moto acuática. Este suceso, que avivó la sombra de la maldición en el foco mediático más conspiracionista, le marcó y requirió que acudiera a terapia psicológica para superarlo. Tiene dos hermanos menores, Charlotte y Pierre Casiraghi y una medio hermana materna, la princesa Alejandra de Hannover. Y es que su madre se casó en segundas nupcias con Ernst August, príncipe de Hannover, y sus hermanastros son Ernst y Cristián de Hannover.
Además, Andrea es nieto de Rainiero III, Príncipe de Mónaco, y su esposa, la actriz
Grace Kelly. Y sus padrinos son Estefanía de Mónaco, su tía por parte de madre; y Marco Casiraghi, su tío por parte de padre. Tras el fallecimiento de Stefano, la princesa Carolina se mudó a Saint-Rémy-deProvence y más tarde a París, para proteger a sus hijos de la atención mediática. Es por esto que Andrea ha vivido la mayor parte del tiempo en Francia.
En 1999 fue incluido en la revista
Atrás quedan los días en los que el hijo de Carolina de Mónaco era apodado como «l’enfant terrible». Felizmente casado desde hace más de diez años, y padre de tres hijos, celebra su 40 cumpleaños
People como una de las 50 personas más atractivas. A los 19 años, tuvo su primera aparición pública oficial, durante el Festival de Televisión de Montecarlo. En 2008, la revista Forbes incluyó a Andrea entre los 20 jóvenes de la realeza más atractivos. Estudió en la Escuela Internacional de París, en la Universidad McGill en Montreal, Quebec (Canadá). Finalmente, en 2006 se graduó en la Universidad Americana de París, obteniendo una licenciatura en artes visuales y política internacional.
Entre los años 2008 y 2009, estuvo ocho meses enseñando en Senegal, como parte de su trabajo en la Asociación Mundial de Amigos de los Niños (Amade), de la que forma parte desde el año 2004 y que es presidida por la propia Carolina de Mónaco. Casiraghi también es patrocinador de la Fundación Motrice, que financia la investigación sobre la parálisis cerebral, desde 2007. También colaboró en 2011 con Small Steps Project donando zapatos.
En cuanto a su vida personal, Andrea Casiraghi estuvo desde 2004 en una relación con Tatiana Santo Domingo. Fueron siete años de romance antes de que Carolina de Mónaco anunciara el compromiso oficial entre ambos en junio de 2012. Meses después, el 6 de noviembre de 2012, Tatiana Santo Domingo desveló que estaba embarazada. El niño, Alexandre Andrea Stefano, más conocido como «Sasha», nació el 21 de marzo de 2013, en Londres, Inglaterra. Andrea y Tatiana, que aún no eran marido y mujer en el momento del nacimiento, se casaron el 31 de agosto de 2013 en una ceremonia civil en el Palacio Principesco de Mónaco. El 1 de febrero de 2014, casi un año después, su segunda hija, llamada India, nació en Londres el 12 de abril de 2015. El tercero, Maximilian Rainier, nació en Mónaco el 19 de abril de 2018. Recientemente, la sombra de un escándalo ha reavivado el velo de rebeldía que acompañaba al antaño niño terrible. Y es que él y su hermano Pierre Casiraghi fueron acusados de corrupción, algo que ya había ocurrido en el pasado. Tanto ellos como su tío Alberto han negado este hecho, alegando, según Bloomberg Businessweek, que sus empresas han actuado siempre «en estricto cumplimiento de todas las normas y reglamentos oficiales» y «con integridad». Sin embargo, Andrea vive alejado de los focos en un pequeño pueblo de Suiza, junto a su mujer e hijos. Acuden a eventos públicos como la boda de la diseñadora brasileña Alix Duvernoy y el español Antonio Echevarría o el Gran Premio de la Fórmula 1 de Mónaco, pero mantienen su felicidad en privado. Ahora, el ángel rebelde soplará 40 velas y, por lo que parece, la maldición se ha roto.