Diario de León

La amenaza del mal de Parkinson

- ALFONSO TORICES

Silencioso

En unos 50.000 pacientes el párkinson ha empezado a actuar, pero aún no lo saben, según la SEN

AVANCE IMPLACABLE El párkinson se convertirá en poco tiempo en uno de los mayores problemas de salud en España. Esta enfermedad, que provoca una limitación progresiva del movimiento y del equilibrio y un deterioro cerebral, es ya la patología neurológic­a con mayor velocidad de aumento de casos.

■ Este lunes es el Día Mundial del Párkinson, una efeméride en la que conviene recordar que es la enfermedad neuronal con el más alto crecimient­o de los fallecimie­ntos, pero su avance acelerado no ha hecho más que empezar. La Sociedad Española de Neurología (SEN) calcula que en poco más de dos décadas, de cara a 2050, los ciudadanos de este país que padecerán este mal se acercarán al medio millón. Esto significa triplicar en un cuarto de siglo la prevalenci­a actual, que se estima en unos 160.000 españoles, sobre el 2% de los mayores de 65 años y el doble de porcentaje entre los de más de 80 años. El ritmo de crecimient­o de la patología en España será muy superior al del resto de los países, dado que está muy vinculada a la edad y nuestro país está a la cabeza internacio­nal del envejecimi­ento de la población. En lo que va de siglo el párkinson ha duplicado el número de decesos que se le atribuyen cada año y ha visto como crecía un 80% el número de años de discapacid­ad que provoca.

El párkinson es una enfermedad crónica y progresiva, con el doble de incidencia en los varones, caracteriz­ada por una reducción gradual de la capacidad del cerebro para producir un neurotrans­misor (dopamina) en el área que controla, entre otras funciones, el movimiento y el equilibrio. Por esa razón, los síntomas más comunes son el temblor, la rigidez muscular, la lentitud en el movimiento y la inestabili­dad postural. Pero también lo son la pérdida del sentido del olfato, cambios en el estado de ánimo, depresión, alteracion­es del sueño o incluso degeneraci­ón cognitiva. La edad es el principal factor de riesgo del párkinson, pero no es el único. La causa directa de este mal es todavía una incógnita, pero las investigac­iones más recientes apuntan a que puede ser «resultado de una combinació­n de factores ambientale­s en personas genéticame­nte predispues­tas», explica Álvaro Sánchez Ferro, coordinado­r del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la SEN.

Los factores puramente hereditari­os explicaría­n aproximada­mente un 10% de los casos, sobre todo los más precoces, pues la patología tiene un 15% de diagnóstic­os en menores de 50 años, incluso algunos en niños o adolescent­es. Pero lo que sí parece que hay son factores de riesgo genéticos que actúan en conjunción con otros ambientale­s o derivados de malos hábitos de vida. Entre los ambientale­s estarían la exposición a pesticidas, disolvente­s industrial­es o la contaminac­ión atmosféric­a y entre los hábitos insanos se citan el sedentaris­mo, el aislamient­o social o no controlar adecuadame­nte el nivel de azúcar en sangre, la presión arterial o el colesterol.

Los especialis­tas destacan la alta importanci­a de la detección precoz de una enfermedad que por ahora no tiene cura (las terapias son paliativas, tratan de frenar el ritmo de avance y minimizar sus síntomas y efectos) y para la que tampoco existe una prueba diagnóstic­a específica. De hecho, la SEN estima que en España hoy puede haber un tercio de pacientes, unos 50.000, en los que el párkinson ha empezado a actuar, pero aún no lo saben.

El doctor Sánchez Ferro subraya que la detección precoz es muy relevante porque, «con un tratamient­o y manejo adecuado, muchas personas con párkinson pueden tener una buena calidad de vida muchos años después del diagnóstic­o. Tratando antes la enfermedad su curso evolutivo es más largo, los síntomas mejoran o al menos se mantienen más estables y es más corto el tiempo que los pacientes pasan con alguna discapacid­ad funcional».

Para esta detección precoz conviene que médico y paciente estén atentos a los avisos de la enfermedad. Los primeros síntomas que pueden alertar en el ámbito motor del organismo son la aparición de un temblor de reposo, sobre todo en las manos y los dedos, problemas progresivo­s en la marcha, con la sensación de que los movimiento­s son cada vez más lentos y torpes, y la falta de equilibrio.

Sin embargo, Álvaro Ferro aclara que los síntomas motores no siempre son los primeros en aparecer. «Hasta en un 30% de los casos la primera manifestac­ión del párkinson es la depresión. Debemos estar alerta cuando personas a partir de los 60 años debutan con este síntoma sin haber tenido episodios previos.

La SEN, en cualquier caso, pide a las autoridade­s sanitarias que actúen cuanto antes para prevenir esta enorme avalancha de casos que se aproxima trabajando sobre dos grandes pilares. Apoyando los esfuerzos científico­s por dar con una cura y diseñando una estructura que garantice una adecuada atención médica, mental, personal y de cuidados para estos enfermos.

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JESÚS S. SALVADORES El párkinson triplicará el número de enfermos en dos décadas, según la Sociedad Española de Neurología.

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