“Déjame entrar en tu paladar y te entregaré mi alma”

F.A.Gallardo

Raíces es la serie documental de dos entregas en RTVE Play de Hernán Zin sobre los orígenes del chef Carlos Maldonado. Fue el ganador de MasterChef 3, de Shine Iberia, y es el primer concursante en todo el mundo con una estrella Michelin en su local de Talavera de la Reina, Toledo. Una figura admirable más allá de los valores gastronómicos e imaginen cada una de sus respuestas con una permanente sonrisa.

–¿Le dijeron alguna vez, quita, que no sabes?

lo de presentarme a MasterChef. Que yo me metiera en la hostelería en mi tierra era porque no había mucho. En el campo de golf de Talavera llevaba los platos sucios al túnel de lavado y un día faltó un cocinero y me puse a cortar quesos. Suena surrealista, pero hasta MasterChef, en 2015 ese había sido mi bagaje con la cocina profesional.

–Descubre entonces una vocación.

–Cuando encuentras que se hacen las cosas con cariño y con satisfacción personal, te salen bien... te enamoras.

–¿Tuvo suerte con MasterChef?

–La suerte siempre influye en la vida. También hay personas que trabajan duro durante 40 años y no ven recompensados su esfuerzo porque les ha faltado suerte. Te desvives en una profesión y a veces el resultado no es el que deseas. Hay proyectos que no salen porque no era su momento. Mi momento fue MasterChef

–¿Por qué cree que se ha convertido en un chef reconocido?

–Los sueños están al alcance de cualquiera. Lo único que debes tener es decisión. Cuanto más grandes sean tus sueños más difícil va a ser el camino. Nadie regala nada y la lucha es continua y hay que hacer ese camino con una sonrisa y salir adelante siempre, intentando no volver a tropezar.

–Usted dice que su juventud

–Era un chaval que no iba a clase ni para atrás. No era mala persona, pero no se me daba bien nada. en ninguna asignatura. No vamos a echar la culpa al sistema, pero hay que adaptarse al alumno, que para eso hay siete tipo de inteligencias. A base de decirme que no valía, iba aceptando que no servía para nada.

–Muchos se habrán que

–Exacto, no culpo a aquella educación, pero no se puede cortar por el mismo patrón a los chicos. Y por eso ha habido mucho fracaso.

–Su respaldo sería familiar.

–Fue fundamental y no todo el mundo no tuvo la suerte que yo tuve ahí. El apoyo también tiene que estar en la educación, en los amigos, en la sociedad. Es una labor entre todos.

–¿Cómo planteó su restaurante Raíces?

–Todo lo que nos ha pasado en Raíces es por tener un equipo increíble. Lo que

No era mala persona, pero no se me daba bien nada, en ninguna asignatura”

presentamos lo hacemos con verdad. Exponemos nuestra forma de creer en la cocina y nuestras expresiones. Al principio estábamos perdidos. Cuando mi mujer comió por primera vez en el restaurante le gustó pero comprobó que no era yo. Era una mezcla de cocineros. No tenia el sentido que yo quería como expresión.

–¿Cómo halló su camino?

–Con sinceridad, qué es para mí mi tierra en una manifestación gastroartística. ¿Qué era antes Talavera? El Tajo se ha degradado tanto que ya no tiene pesca. Hice un plató polémico de anguila, rodeado de plásticos, con sabores para pensar, con residuos comestibles.

–¿No es un concepto demasiado arriesgado?

–Nuestro lema es déjame entrar en tu paladar y yo te entregaré mi alma. Si vienes a comer un chuletón este no es tu sitio. Reclamamos la oveja talaverana y con un molde real de cabeza de oveja hacemos unos sesos con tamarindo, muy rico.

–Su menú es de 80 euros ¿cómo lo considera?

– En el precio no engañamos a nadie, es lo que vale el menú por lo que damos. Si otros chefs suben su precio es reconocimiento al equipo y a su producto.