¡Vaya democracia!

Que entre todos la mataron y ella sola se murió, comenzando por dos partidos de gobierno o llamado bipartidismo entre socialistas y populares, que han entrado en España para robar en lugar de mirar por el bien de sus ciudadanos. Si no hubieran metido sus manos en la caja común, posiblemente tendríamos mejor Sanidad y Educación junto con más ayudas a los dependientes, que algunos se quedan sin percibirla. Cuando hablamos de una democracia “plena” nos referimos a otros países de nuestro entorno porque aquí solo se basa en la libertad de decir o de obrar. Pero, ojo, si te pasas de la línea roja aunque tengas razón, ahí sí te juegas tu propia libertad, que algunos conciben como libertinaje.

Quitando estos dos partidos mayoritarios, surgen como champiñones una serie de formaciones minoritarias en número de 63 y de ellas tan sólo 16 tienen representación en el Congreso o Cámara Baja, cada día más baja a la vista de la ‘tropa’ que ocupa sus escaños, por cierto con buenos sueldos y lamentables atuendos, más bien de campesinos que de ciudadanos de una gran urbe como es la capital de España.

Para que no nos falte nada, tenemos dos partidos ultras, uno por la derecha y otro por la izquierda. El primero ocupa el tercer lugar por número de votos con un 15,21% y el segundo un 12,97%, que entre los dos suman algo más de siete millones setecientos mil votos y, por cierto, no se llevan nada bien, son como el perro y el gato en versión diputado donde uno ataca y el otro se convierte en mártir a la vista de los sondeo demoscópicos que le auguran bajada frente a las elecciones madrileñas, que todos ansían pero sólo uno podrá gobernar en solitario o con la colaboración del vecino. Quedan ocho o nueve días y la campaña se calienta, motivo por el cual tres partidos van contra uno y este uno ha conseguido terminar con los debates donde todos ganan y nadie pierde o deja de ganar.

Juan Cervero Leyva (Jerez)