“El deporte beneficia a las personas con discapacidad intelectual”
ALMUDENA CHÁVEZ PEINADO
–La película Campeones nos enseña la importancia de la práctica de deporte para las personas con discapacidad cognitiva.
–Sí, el deporte va íntimamente ligado a la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual. Es un apoyo necesario para la inclusión de estas personas. Por eso, la Fundación SAMU siempre se ha preocupado por que el deporte esté presente en todos los tratamientos con estas personas.
–Desde su experiencia como directora del centro de día San Lucas, ¿qué beneficios tiene el deporte para la discapacidad intelectual?
–Los deportes les motivan mucho y esa motivación repercute en su estado de ánimo y en su comportamiento. En las personas con trastorno de conducta hay una relación directa entre el deporte y la mejora de la conducta porque influye en el estado de ánimo. Es muy raro que se dé una crisis de agitación durante una actividad deportiva de las que organizamos en nuestro centro: rutas saludables de senderismo, una liga de fútbol con varias asociaciones, danzaterapia, rugby...
–La Fundación SAMU y la Universidad de Sevilla han diseñado la primera escala de valoración física y motriz para personas con discapacidad intelectual sobre una muestra de este colectivo.
–Su nombre es SAMU DISFIT. Es fruto de dos años de investigación y trabajo de campo en colaboración con el Departamento de Motricidad Humana y Rendimiento Deportivo de la Universidad de Sevilla y se enmarca dentro de la estrategia general de I+D+i de SAMU. Surge como respuesta, desde el ámbito académico y de la atención a las personas con discapacidad intelectual, a la necesidad de mejorar la calidad y esperanza de vida de estas personas a través de
Con la Universidad hemos creado la batería SAMU-DIS-FIT que valora la condición física de estas personas
la actividad física. Se necesitaba una herramienta para medir sus condiciones físicas y así poder mejorarlas. La investigación ha sido promovida por ambas entidades y dirigida por la doctora Ruth Cabeza Ruiz junto con el experto Francisco Alcántara.
–¿Qué aporta esta batería o escala de valoración a las personas con discapacidad intelectual?
–Es la primera vez que se realiza una batería o escala de valoración específica para personas con discapacidad intelectual moderada
y con edades entre los 20 y los 65 años. La idea es que se pueda usar en el ámbito sanitario y asistencial
como guía para la implantación programas de actividad física para personas de este perfil. Es una
herramienta para orientar sobre los parámetros físicos de personas con diversidad cognitiva, a través de