Diario de Cadiz

El alcalde de Bogotá impone el toque de queda tras una jornada de caos

● El Gobierno colombiano mantendrá la presencia de soldados en las calles de la capital ante la ola de violencia y saqueos

- Jorge Gil Ángel (Efe)

Bogotá vivió el viernes una jornada de caos por una ola de violencia y de saqueos en el sur de la ciudad que terminó con el decreto de toque de queda y con cacerolazo­s en varias zonas en contra de la política económica y social del Gobierno de Iván Duque.

Desde temprano comenzaron los desmanes en las barriadas de Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar, donde encapuchad­os bloquearon las principale­s estaciones de transporte público y atacaron a los policías, que los repelieron con gases lacrimógen­os.

Frente a esta situación, el alcalde, Enrique Peñalosa, decretó un inédito toque de queda en todo Bogotá para tratar de restaurar el orden público, vigente desde las 21:00 del viernes (03:00 de ayer, hora española) hasta las 06:00. Antes de esto, la Policía dispersó con gases lacrimógen­os en la céntrica Plaza de Bolívar un nuevo cacerolazo contra el Gobierno, justo cuando los manifestan­tes comenzaron su protesta.

El sur de la ciudad fue la zona más afectada por la ola de violencia y los saqueos a los comercios, especialme­nte el barrio de Patio Bonito, que vivió horas de tensión por los enfrentami­entos entre policías y vándalos.

Una de las escenas más impactante­s ocurrió en el barrio de Meissen, donde un puñado de encapuchad­os robó un autobús del Sistema Integrado de Transporte Público que luego utilizaron para derribar la puerta de un supermerca­do y saquearlo. En respuesta, un grupo de ciudadanos increpó a los ladrones y obligó a algunos de ellos a devolver las mercadería­s robadas.

Como respuesta, el alcalde aseguró que en la ciudad hay 4.000 soldados del Ejército apoyando a unos 20.000 policías en la vigilancia y mantenimie­nto del orden.

Los habitantes de Bogotá no recuerdan una ola de violencia como la del viernes, y los más viejos evocan la oscura época del Bogotazo, la revuelta que se desató el 9 de abril de 1948 por el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, magnicidio considerad­o un marco de la violencia en Colombia.

El toque de queda comenzó a las 20:00 del viernes en Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar, y una hora después en el resto de la ciudad. Una vez entró en vigor, los ciudadanos comenzaron a denunciar en las redes sociales que vándalos estaban tratando de ingresar a edificios residencia­les de barrios como Madelena, Castilla, Villa Alsacia, Castilla, Suba y Kennedy para robar.

Ante esta situación, muchos ciudadanos se armaron con palos y objetos que tuvieran a mano para defenderse de quienes intentaron llevarse sus cosas.

Pese a que el cacerolazo de la Plaza de Bolívar se dispersó temprano, grupos de ciudadanos comenzaron a reunirse en varias zonas de Bogotá para manifestar su disconform­idad con el Gobierno de Duque.

El parque de los Hippies, en el norte de la ciudad, fue uno de los puntos de concentrac­ión de los manifestan­tes, que pese al toque de queda decidieron hacer sonar sus cacerolas.

El golpeteo de las cacerolas llegó por segundo día consecutiv­o hasta el norte de la capital, donde una multitud se hizo sentir frente al condominio donde tiene su residencia particular el mandatario.

Por su parte, Duque afirmó ayer que se mantendrá la presencia de soldados del Ejército en las calles de Bogotá en apoyo a la Policía debido a las protestas y desmanes ocurridos en los últimos días.

“Con el señor alcalde (de Bogotá, Enrique Peñalosa) mantenemos toda la coordinaci­ón minuciosa y tenemos además la continuaci­ón del patrullaje conjunto entre la Policía y el Ejército”, dijo después de una reunión con autoridade­s

Muchos ciudadanos se armaron con palos y otros objetos para defenderse de ladrones

locales y la cúpula militar.

En dicho encuentro se analizaron medidas como la ley seca y el toque de queda en Bogotá. “Este patrullaje es necesario, pero además se hace para darles a los ciudadanos tranquilid­ad”, afirmó.

La escena se repitió en otras ciudades como Medellín, Cali y Cartagena de Indias, donde miles de personas salieron a la calle a reclamar mejores políticas al Gobierno de Duque.

El mandatario anunció el viernes que la próxima semana iniciará con todos los sectores políticos y sociales un diálogo nacional para mejorar su Gobierno tras dos días de manifestac­iones en todo el país seguidas de una ola de violencia. “A partir de la próxima semana daré inicio a una conversaci­ón nacional que fortalezca la agenda vigente de política social; trabajando así, de manera unida, en una visión de mediano y largo plazo, que nos permita cerrar las brechas sociales”, dijo el jefe de Estado en una alocución televisada.

 ?? ERNESTO GUZMÁN JR. / EFE ?? del municipio de Santander de Quilichao, en el convulso departamen­to del Cauca (suroeste). En la imagen, varios policías recogen pruebas junto a las casas afectadas por la explosión. TRES MUERTOS EN UN ATENTADO. Al menos tres policías falleciero­n y otros siete resultaron heridos en un atentado con explosivos perpetrado el viernes por desconocid­os contra una comisaría
ERNESTO GUZMÁN JR. / EFE del municipio de Santander de Quilichao, en el convulso departamen­to del Cauca (suroeste). En la imagen, varios policías recogen pruebas junto a las casas afectadas por la explosión. TRES MUERTOS EN UN ATENTADO. Al menos tres policías falleciero­n y otros siete resultaron heridos en un atentado con explosivos perpetrado el viernes por desconocid­os contra una comisaría

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