Iglesias se pone de perfil entre las peticiones de dimisión para Sánchez
● PP y Cs reclaman al líder socialista que asuma responsabilidades tras llegar a La Moncloa como consecuencia de la Gürtel
La sentencia del caso ERE, con Manuel Chaves y José Antonio Griñán condenados por corrupción, provocó una leve marejada en el preacuerdo para formar gobierno firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que sigue su camino a falta de conocer el papel de los independentistas. Uno de los primeros en reaccionar al fallo de la Audiencia de Sevilla fue el propio líder de Podemos, que puso tierra de por medio, sin nombrar al PSOE en ningún momento, con la gestión socialista magullada por las condenas que se conocieron ayer.
“España ha cambiado y no volverá a tolerar la corrupción”, dijo Iglesias en su cuenta de Twitter, donde también defendió que se abre “la oportunidad de defender la limpieza de las instituciones”. El dirigente de Podemos vaticinó que
“vendrán más sentencias que retratarán una época”.
En los primeros momentos, el PSOE guardó silencio y las redes sociales no perdieron la oportunidad de resucitar un tuit del actual presidente del Gobierno en funciones y candidato a repetir en La Moncloa. Pedro Sánchez, durante una entrevista televisiva en 2016, se mostró confiado de la “inocencia” de los ex presidentes hoy condenados. No es el único al que se le volvió ayer en contra un tuit sobre el caso ERE. María Jesús Montero fue compañera de los hoy condenados por prevaricación o malversación. En julio de 2013, con Griñán como presidente y con ella como titular de Salud, salió en defensa de varios de los dirigentes socialistas implicados en los ERE.
En Twitter se pronunció también el ex presidente de Ciudadanos, que abandonó la vida pública hace ahora ocho días por la debacle electoral naranja. Ayer volvió para recordar que, en el debate de investidura fallido y en los debates previos al 10-N le preguntó a Pedro Sánchez si pensaba dimitir en caso de que la sentencia de los ERE fuera condenatoria para Chaves y Griñán. En términos similares se pronunció su presumible heredera, Inés Arrimadas, que hace las veces de portavoz de Ciudadanos.
El presidente del PP, Pablo Casado, también eligió las redes sociales para reaccionar a la condena de los ex presidentes de la Junta y otros 17 ex altos cargos socialistas. “Debe ser coherente y asumir responsabilidades por el mayor caso de corrupción de la historia de España”, dijo el líder de los populares, que aludió al cargo federal que tuvieron Chaves y Griñán como presidentes del PSOE y también al hecho de que fueron los socialistas andaluces –con Susana Díaz al frente– quienes auparon a Sánchez a la Secretaría General del PSOE. Se refería así Casado al primer ascenso del actual líder socialista, antes de su defenestración y posterior vuelta a Ferraz.
Entre las reacciones socialistas destacó la del ex ministro y ex presidente del Congreso, José Bono, que reconoció su “tristeza” y defendió la figura de Griñán. “Sigo creyendo, pese a la sentencia, que no se ha llevado ni un euro a su casa”, sentenció.
El PSOE y Unidas Podemos trabajan con discreción en el programa y la composición del Gobierno, una tarea para la que el presidente en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de la formación morada, Pablo Iglesias, mantienen contactos desde que hace una semana suscribieron su pacto para conformar una coalición.
El periódico lainformacion.com reveló ayer que el lunes hubo una reunión en el Palacio de La Moncloa entre ambos líderes, un encuentro que los partidos implicados ni confirman ni desmienten, aunque fuentes conocedoras de la negociación apuntan que las reuniones no serán ni extraordinarias ni pocas.
Desde que el martes de la pasada semana se presentara el acuerdo ante los medios de comunicación, las conversaciones las siguen pilotando el presidente en funciones y el secretario general de Podemos, además de las portavoces parlamentarias, Adriana Lastra e Irene Montero.
La sensación en la coalición morada es positiva porque entienden que se va recuperando con el PSOE la confianza que requiere la conformación de un Gobierno conjunto tras meses de desencuentros.
Por el momento, a diferencia de lo que sucedió en julio cuando la negociación la llevaron otras filas de los partidos, son los dos líderes los que las pilotan. Y trabajarán con discreción para que salga todo bien, según apuntan las fuentes consultadas por Efe.
De salir adelante la investidura, Pablo Iglesias sería uno de los tres vicepresidentes del Gobierno de Pedro Sánchez, centrado en el ámbito social, junto a Nadia Calviño, actual ministra de Economía y Empresa que ocuparía una Vicepresidencia económica, y Carmen Calvo, al frente de la de Igualdad, según indican desde el PSOE.
Sin embargo, el Ministerio de Igualdad es uno de los que reclama para sí Unidas Podemos y que, según fuentes de esa formación, podría pasar a sus manos, junto al de Universidades y el de Trabajo.
La coalición morada renuncia, al igual que en julio, a ocupar ministerios de Estado y buscará reclamar competencias sociales, lo que alejaría la posibilidad de que el ex Jemad Julio Rodríguez se convierta en ministro de Defensa.
Desde Podemos apuntan que su aspiración es la de incluir a algunos de sus cargos en ministerios dirigidos por el PSOE y un ejemplo podría ser que el ecologista Juantxo López de Uralde se integre como secretario de Estado en el gabinete de Teresa Ribera, con la que guarda cierta relación personal.
Además de Pablo Iglesias como vicepresidente de Asuntos Sociales, en Podemos dan por hecho que estará en el Gobierno su número dos, Irene Montero, y también les gustaría tener de ministra a la diputada gallega Yolanda Díaz, militante de IU.
El ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra criticó ayer el acuerdo alcanzado entre PSOE y Podemos para formar un Gbierno de coalición. A su juicio, Sánchez llegó al acuerdo “en 24 horas y sin hablar antes con ningún partido constitucionalista”. “Si miran la evolución del abrazo es la metáfora de lo que pasará si ese acuerdo se convierte en gobierno. Uno tomará la iniciativa y el otro no podrá decir que no, aunque le gustaría”, indicó Guerra, al tiempo que añadía que esta situación puede acabar “en un drama”.
Alfonso Guerra Ex vicepresidente del Gobierno
La evolución del abrazo es la metáfora de lo que pasará, ese acuerdo puede acabar en drama”