La Policía niega abusos en la operación que causó una matanza en una favela de Río de Janeiro
La Policía Civil del estado de Río de Janeiro rechazó las acusaciones de supuestos abusos y ejecuciones extrajudiciales en la operación que realizó el jueves en una favela y que, con 25 muertes, provocó la mayor matanza en la historia de esta ciudad brasileña.
Los jefes de las comisarías responsables por la operación, en una larga rueda de prensa que dedicaron la mayor parte del tiempo a negar acusaciones de abusos, alegaron que la operación fue planificada, autorizada y supervisada por el Ministerio Público, y que tenía por objetivo desmontar una banda de narcotraficantes que reclutaba menores de edad para acciones criminales.
“La Policía Civil no actúa por emoción. Se trató de una operación muy bien planeada, que cumplió todos los protocolos y fue fruto de diez meses de investigación”, afirmó el comisario Rodrigo Oliveira al hacer referencia a las versiones según las cuales la matanza de 24 supuestos criminales fue una venganza de los agentes a la muerte de uno de sus compañeros al comienzo de la operación.
Según los oficiales, durante la investigación la Policía descubrió que la banda que controla el tráfico de drogas en la favela de Jacarezinho, una empobrecida y violenta barriada en la zona norte de la ciudad. “Los criminales estaba reclutando a los hijos de los trabajadores y hasta prohibiendo el derecho de alguien a tener una relación con la persona que ama. Si por algún motivo los narcotraficantes no aprobaban esa relación, esa persona podía hasta perder la vida”, agregó.
Los datos oficiales señalan que un policía perdió la vida minutos después de recibir un impacto en la cabeza y que 24 sospechosos (que los comisarios no calificaron como simples sospechosos sino como probados pistoleros) fallecieron durante el operativo.