El secreto del buen descanso
El Método Stanford, del profesor de Psiquiatría Seiji Nishino, contiene las claves para aumentar la calidad del sueño y el despertar.
Atención al pijama
Utilízalo transpirable, ya que la disminución de la temperatura corporal es fundamental.
Ambiente propicio
Asegúrate de que el entorno en el que duermes a diario no varíe mucho de un día para otro, es decir, que te sea más o menos familiar.
Deja todo listo
Antes de meterte en la cama, reserva un momento para desmaquillarte, elegir la ropa del día siguiente y para leer algo relajante.
Duerme minisiesta
Si entras en un sueño profundo unos minutos después de comer, tu rendimiento el resto del día mejorará. Y esto lo dicen hasta los expertos alemanes.
Evita el ‘jet lag’
Trata de mantener un ritmo regular al acostarte y levantarte, similar durante todos los días de la semana.
Lávate los pies
Un baño caliente te ayudará a quedarte dormida. Pero si no tienes ganas, al menos mete los pies en agua templada con sales de lavanda, superrelajantes.
Despierta despacio
Para evitar hacerlo en medio de una fase No-REM (de sueño profundo), programa dos alarmas, una a tu hora, y la otra, 20 minutos antes.
Poco a poco
Con la luz, la melanopsina (proteína de los ojos) activa la vigilia. Abre las cortinas para despertar naturalmente.
Camina descalza
Al despertar, pisa el suelo frío para reducir la temperatura y tonificar la vigilia.
Al levantarte
Mastica algo nada más salir de la cama para estimular patrones neuronales y mejorar la memoria.