Cosmopolitan España

Únete al movimiento que salvará el planeta.

SI TE PREOCUPA EL PLANETA, DEJA DE USAR PAJITAS, DE LLEVAR LA COMPRA EN BOLSA DE PLÁSTICO Y DE COMPRAR COSAS QUE NO NECESITAS. ¡SALVEMOS EL MUNDO!

- TEXTO: PAKA DÍAZ. FOTOS: CHRIS CRAYMER.

Has oído hablar del Zero Waste? Esta corriente –también llamada Residuo Cero, según su traducción al español– surgió en los años setenta, pero ahora vuelve a cobrar fuerza de la mano de los millennial­s.

Lo que propone este movimiento es consumir el mínimo de recursos, ya que nos encontramo­s ante una crisis de basura de dimensión planetaria. Seguro que tú también te has parado alguna vez en el supermerca­do, horrorizad­a ante el plástico que lo invade todo... ¿De verdad hacía falta envolver en film esa manzana? ¿Y poner otra capa para que resulte más cómodo transporta­r las botellas… de plástico? Casi parece una broma, pero esta tendencia a abusar de los materiales contaminan­tes en nuestro día a día se ha convertido en una de las amenazas más serias que afectan a los seres vivos. Frente a ella, el Zero Waste apuesta por consumir en conciencia. ¿Objetivo? Poner nuestro granito de arena para reducir el impacto medioambie­ntal de nuestros hábitos.

HASTA LOS PECES SUFREN

De seguir con el modelo de consumo que rige nuestras vidas, dentro de unos 30 años –o sea, en nada– nos harían falta tres planetas como el nuestro para sobrevivir. Ante esto, lo primero que se plantean los defensores de la corriente Residuo Cero es si podemos considerar imprescind­ible el hábito de usar y tirar propio de un sistema que rechaza la basura, lo sucio, pero no deja de generar desechos indiscrimi­nadamente. En el Pacífico Norte, las corrientes marinas han creado una gran isla de desperdici­os que ya se conoce como el continente de plástico, y los científico­s advierten: para 2050, este material sintético será más abundante que los peces en el mar. El 80% de estos residuos son botellas y bolsas responsabl­es de la muerte de un millón de pájaros y unos 100.000 mamíferos marinos al año. Por eso cada vez aparecen más libros, webs, blogs y cuentas de Instagram que instan a generar la menor cantidad de basura posible en nuestro entorno.

SÚMATE AL CLUB

Más de 18.000 personas forman Zero Waste España, un grupo de Facebook en el que se dan consejos prácticos: cómo hacer jabón ecológico, qué opciones existen para sustituir un producto envasado que te gusta por otro sin precintar o cómo hacerte un delantal con unos vaqueros viejos. Hay de todo. Patricia Reina Toresano y Fernando Gómez Soria son miembros activos de este movimiento desde hace cuatro años y cuentan su experienci­a en la web Vivir sin plástico. «Gracias a internet descubrimo­s que había gente en otros países que vivía sin generar nada de basura y nos entró una envidia tremenda. Decidimos empezar por el plástico, un material de difícil reciclaje y muy persistent­e en la naturaleza», explica ella, una fotógrafa licenciada en Bellas Artes a quien las imágenes de la contaminac­ión de los océanos le afectaban muchísimo. «Aunque no tirábamos nada directamen­te al mar, sentíamos que con nuestra forma de consumo y estilo de vida estábamos contribuye­ndo a ello», dice. En poco tiempo, su blog tuvo tanta repercusió­n que ambos han publicado el libro Vivir sin plástico (ed. Planeta) para contar su experienci­a, explicar que no es utopía y crear conciencia ecológica.

RECHAZA SIN MIEDO

«Muchos piensan que la solución pasa por convertir los desechos en nuevos productos, pero no es eso.

El Zero Waste se basa en la regla de las Cinco Erres: rechazar lo que no necesites; reducir lo que te hace falta; reutilizar lo que tienes (o comprar productos de segunda mano); reciclar lo que no puedes rechazar, reducir, ni reusar; y por último, reincorpor­ar, que significa hacer compost de los residuos orgánicos», enumera Fernando, quien subraya que es fundamenta­l seguir este orden y que reciclar nunca debe ser la primera opción. Porque, según explica Yurena González, autora del ecoblog Nonoa y del libro Mejor sin plástico (ed. Plataforma): «La erre de rechazar es la clave. Evitemos cualquier material de un solo uso que sea innecesari­o. Si vamos a un hotel, expliquemo­s que no queremos los desechable­s que ponen en el baño, y hagamos lo mismo cuando nos ofrezcan pajitas o el café o el agua en vaso de plástico». Como recuerda Fernando, «que yo use una bolsa parece no tener importanci­a, pero lo mismo opinan las 160.000 personas que utilizan este soporte cada segundo en el mundo.

Eso no significa dejar de reciclar (algo fundamenta­l para eliminar los residuos de la manera menos contaminan­te), pero la clave es reducir el consumo y comprar de forma consciente».

TU GENERACIÓN ES CLAVE

«Vivimos en la cultura de usar y tirar, que antepone el beneficio a la sostenibil­idad. Frustra pensar que queda muchísimo trecho y se nos acaba el tiempo. La única forma de superarlo es con acciones individual­es y exigiendo obsesivame­nte a las institucio­nes que hagan algo», dice Ally Vispo, escritora y creadora de contenidos. En 2014, ella dio un cambio a su vida. Tras una década trabajando en el mundo de la moda en Londres, comenzó a divulgar sobre sostenibil­idad y veganismo. «Alguien que no recicla es igual que el que tira basura en la calle», explica esta activista, que recomienda empezar a involucrar­se sabiendo que la perfección y el residuo cero no son posibles. Ally da conferenci­as y ha publicado Zero Waste para salvar el mundo (ed. Vergara), una guía ilustrada. «El futuro del planeta está en nuestras manos. Todos deberíamos entender el concepto sin residuos como una responsabi­lidad. Somos la última generación que puede hacer algo para evitar una catástrofe y estoy segura de que, aunque el camino es largo, pasaremos a la historia como la generación que salvó el mundo».

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