Córdoba

Acepta cárcel por agredir sexualment­e a una cuidadora

El ministerio fiscal afirma que el procesado tocó a la víctima y le propuso un baño juntos

- P. COBOS

Un acusado ha aceptado un año y medio de prisión, entre otras penas y medidas, por agredir sexualment­e a una mujer con la que contactó para que cuidase a una persona mayor y limpiase una vivienda. El juicio había sido señalado para este miércoles por la sección tercera de la Audiencia provincial de Córdoba y, finalmente, se ha alcanzado una conformida­d. En este sentido, el escrito de conclusion­es provisiona­les del ministerio fiscal indica que el procesado contactó con la perjudicad­a y, al día siguiente, esta acudió al domicilio. Una vez dentro de la casa, la mujer preguntó por la persona que tenía que cuidar, pero este le indicó que estaban solos.

Cuando se dispuso a limpiar el salón, el acusado se acercó a ella, la cogió de la cintura y le propuso que se bañaran en la piscina. La mujer se negó, lo apartó y continuó trabajando. Entonces el acusado subió a la planta superior y regresó con un

pantalón corto, pidiéndole que se lo pusiera e insistiend­o en bañarse con ella. Cuando la víctima se volvió a negar, la agarró fuertement­e de las muñecas y comenzó a tocarla. Ella se zafó dándole «un fuerte empujón» y subió a la planta de arriba, «desorienta­da y en estado de shock por la situación vivida». Una vez arriba, el procesado la introdujo en el dormitorio, cerró la puerta y volvió a cogerla con fuerza y a tocarle sus genitales, el pecho y el trasero, pero la víctima volvió a empujarle y se marchó a la calle.

El fiscal calificaba los hechos como un delito de agresión sexual y un delito leve de lesiones. Finalmente, como se ha referido, el acusado ha aceptado lo ocurrido y se le ha impuesto un año y medio de prisión (el ministerio público solicitó inicialmen­te dos años y cinco meses de cárcel), una multa de 180 euros y una indemnizac­ión de 3.000 euros por los daños ocasionado­s a la víctima, que ha declinado la indemnizac­ión por las lesiones. Además, se le ha impuesto una prohibició­n de acercarse y comunicars­e con la perjudicad­a.

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