Los matemáticos prevén un septiembre de brotes aislados
Los pronósticos apuntan a un mayor control del virus por la experiencia y la inmunización El contagio por la vuelta al colegio o al trabajo podría ser más suave que el año anterior
Los matemáticos pronostican que septiembre vendrá con brotes de coronavirus muy aislados en entornos como el laboral o el escolar. A pesar de que este verano se ha disparado la movilidad, ciertos investigadores apuntan que la vuelta al colegio puede ser más suave porque el sistema sanitario y educativo, además de los propios investigadores, cuentan con más experiencia. Y sobre todo con que más de la mitad de la población está vacunada. Con todos estos factores se espera que el pronóstico sea más favorable que en el 2020, cuando hubo un goteo prácticamente diario de alumnos confinados y aulas cerradas.
«El curso pasado hubo incertidumbre sobre el protocolo sobre qué pasaría con el oxigeno en las aulas, la ventilación, era todo muy experimental», apostilla Santiago García Cremades, matemático y profesor de la Universidad Miguel Hernández. La cuarta ola tocó techo a finales de julio y se nota mejoría, aunque los expertos piden a la ciudadanía que no se relaje. De igual modo, este divulgador apunta que la clave contra los contagios está en espaciar los eventos por municipios y hacerlos en espacios abiertos.
Los expertos señalan que la variable de la incidencia acumulada no termina de ser determinante, ya que es un parámetro que este verano está dando errores. La explicación estaría en el alto nivel de movilidad de la población, que ha forzado a los matemáticos a cambiar sus modelos de predicción. Ahora tienen que ir tras la pista de otras variables. Cremades detalla que un mes antes de la entrada al verano la predicción partía de la incidencia acumulada, pero al aliviarse las restricciones de movilidad entre municipios se ha producido un continuo trasiego de viajeros que hace que este dato no pueda calcularse correctamente. De igual forma, este investigador apunta a que están optando por estudiar el avance de la pandemia siguiendo otros parámetros más efectivos al igual que países como Alemania, que ha descartado la incidencia acumulada y usa la curva de hospitalizados en base a la vacunación.
El matemático resalta que «este verano ha habido más interacción que nunca desde marzo del 2020 y como la vacunación no evita los contagios, ya que solo reduce la gravedad de la enfermedad, ha sido complicado analizar porque los parámetros han cambiado. Ahora la variable de la vacuna es la clave».
Al mismo tiempo, los datos que se tienen sobre la inoculación son dinámicos porque cada día cambian y llega a nuevos perfiles de población, sin contar que también están recibiendo las dosis aquellos que no acudieron a la convocatoria de vacunación. Lo que está claro, según este experto, es que la curva de hospitalizados no ha ido a la baja en los últimos meses, «si no acompañada de la ola de contagios», solo que la inoculación ya está dando buenos resultados porque se detecta que la ola de hospitalizados sería 20 veces más fuerte si no hubiese vacunación, «que no es al 100% efectiva pero se reduce», ataja.
Los divulgadores científicos tienen que adaptarse a cada situación para seguir los pasos del coronavirus. Con las restricciones a la movilidad los matemáticos tenían más facilidades para detectar la evolución de contagios. En estos momentos, muchos hoteles están con lleno y los aeropuertos recuperan vuelos y viajeros, por lo que resulta una encrucijada que tienen que optar por otras variables diferentes para realizar un seguimiento.
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