VW GOLF 1.5 eTSI DSG STYLE
Esta versión dispone de hibridación ligera y, por tanto, recibe la etiqueta ECO EL GOLF 8 REPRESENTA UNA IMPORTANTE EVOLUCIÓN TECNOLÓGICA Y DE SEGURIDAD; NO OBSTANTE, MANTIENE INVARIADOS MUCHOS ASPECTOS RESPECTO A SU ANTECESOR.
Por fin hemos podido conducir la octava generación del compacto alemán, en este caso con una mecánica gasolina de 150 CV asociada a un cambio automático de siete marchas.
Si algo ha caracterizado a las anteriores generaciones del Golf ha sido ofrecer algo más que sus rivales, ya sea desde el punto de vista de la calidad como del equipamiento tecnológico, la gama de motores... aunque sin llegar a destacar en ningún aspecto en concreto.
La octava generación sigue esta línea... salvo en el apartado tecnológico, donde se sitúa como la nueva referencia. Volkswagen no ha escatimado y equipa, desde el acabado básico -que no tiene denominación, sólo Golf-, control de crucero adaptativo, sistema de alerta por cambio involuntario de carril -Lane Assist-, faros de led, cuadros de mandos digital...
En lo que respecta a la habitabilidad, mantiene el buen aprovechamiento del espacio de su predecesor, ya que pese a medir sólo 4,28 metros de longitud está entre los más amplios y tiene un maletero de 380 litros, en la media del segmento.
La oferta mecánica no es, de momento, de las más completas -ver tabla-, aunque lo será a lo largo de 2020, ya que llegarán la versión de acceso 1.0 TSI, las variantes deportivas, además de dos híbridos enchufables.
Por último, desde el punto de vista dinámico, el resultado es prácticamente idéntico
al de la anterior generación: presenta buena relación entre confort y estabilidad, aunque un Ford Focus, e incluso un Mazda 3, están como mínimo a su altura. Eso sí, de nuevo vuelve a sobresalir en el aspecto tecnológico, ya que puede equipar una suspensión adaptativa con 15 grados de dureza -costará unos 1.100 €-, algo que no ofrece ninguno de sus rivales.