Hasta los precios son divertidos
Estos dos cabrios de estética retro, el Mini y el New Beetle, son prácticamente clásicos. Pero, por suerte, sus precios aún no se han disparado. Dos opciones magníficas para disfrutar de la primavera
YA HACE PRÁCTICAMENTE 20 AÑOS desde que Volkswagen lanzó al mercado su revisión del Escarabajo: el New Beetle. Y hace unos 15 que BMW resucitó al Mini, 41 años después del modelo original. Las primeras generaciones de estos dos coches retro hace tiempo que tienen sus sucesores y ahora comienzan sus vidas como coches clásicos. Por suerte, aún no cuestan como tales. Hoy se pueden encontrar ejemplares de segunda mano desde 5.000 euros. Motivo de sobra para interesarse por alguno de estos descapotables.
Se ha escrito mucho de las sensaciones de kart que transmite el Mini y, si no lo habías oído nunca, es que no eres lector asiduo de AUTO BILD. Dicho de forma resumida: este coche es pura diversión. Además, frente a la moda de descapotables con techo metálico retráctil de su época, este pequeño se mantuvo fiel a la capota de lona. Con su precisa dirección y sus bien aprovechados 115 CV, no veo mejor manera de dar la bienvenida al calor. Eso sí, los rayos de sol se reflejan en un salpica--
dero con algunas carencias en los acabados. Las mejoras llegaron con la revisión a fondo de este modelo en 2006. No solo porque abundaban molestos crujidos, sino porque los modelos hasta 2004 llevaban la caja de cambios inglesa de Midland, que enseguida se rompía.
Para que te hagas una idea, en nuestro test de larga duración, la caja no aguantó más allá de los 70.000 kilómetros y antes de llegar a los 100.000 hubo que montar la segunda. La sustitución nos costó unos 3.000 euros. Y lo que más nos irritó: las cajas montadas a partir de 2004 no eran compatibles con los modelos anteriores.
Otro ruido que nos alarmó venía del vano motor: el tensor de la cadena de distribución se rompió y hubo que repararlo inmediatamente. Si no, el motor de origen Chrysler habría entrado en absoluto colapso. Además, esta mecánica no era un prodigio de brío y consumía bastante. Eso sí, normalmente, aguanta hasta los 200.000 kilómetros sin dar muchos problemas.
Al lado del Mini, el New Beetle fue un poco desilusionante. Está basado en un Golf IV y como tal se comporta. Suave, fácil de llevar, pero abu-
rrido. El enorme parabrisas, muy adelantado, ofrecía en el salpicadero el ambiente de un monovolumen. Como en el Golf, los elevalunas daban algunos problemas. Por su parte, el motor de 1,6 litros con 102 CV no es el más indicado para viajar mucho. Los ajustes, eso sí, eran buenos, y el diseño retro del puesto de mandos, con una única circunferencia como instrumentación, recuerda claramente al Escarabajo clásico. El detalle romántico de la flor de plástico es ya una cuestión de gustos...
A velocidad de carretera comarcal, en quinta, este modelo ya gira a 3.000 vueltas. Los cortos desarrollos le dan algo de brío, pero el ruido constante puede llegar a hacerse molesto con el tiempo. Aunque mejor no irritarse, porque el verano es muy corto y las cosas bonitas de la vida son más importantes. Como por ejemplo, el hecho de que tanto el Mini como el New Beetle, con su estilo retro, son atemporales y se siguen pareciendo perfectamente actuales. Los dos tienen esa aura maravillosa que te hace creer que el tiempo se ha parado. Si te lo puedes permitir, es el momento de comprar uno de estos coches, con los años, van a subir mucho de precio.