Una pieza difícil de reemplazar

Tras la final de la Champions será el pistoletazo de salida para que el club empiece a tratar esas renovaciones que arrastra año tras año con los jugadores que pasan de la treintena. Son los Modric, Lucas Vázquez, Nacho y Kroos. Los tres primeros se han ganado sobradamente el derecho a seguir y quieren hacerlo. El caso del alemán es especial, su carácter es indescifrable y es realmente una incógnita si decidirá o no colgar las botas cuando acabe la temporada.

Si Kroos tiene algo claro es que quiere dejarlo en todo lo alto. Posee una seguridad increíble en sí mismo y la certeza de que no tiene que demostrar nada a nadie. Hace las cosas por él mismo. En sus decisiones pesa mucho la familia y valora el tiempo que puede pasar con los suyos y haciendo las cosas que le gustan además de jugar al fútbol. Ya dio muestras de ello cuando sorprendió a todos abandonando la Mannschaft cuando estaba en su mejor momento, aunque ahora haya vuelto más por un tema sentimental que estrictamente competitivo. Su fútbol no le ha abandonado, sigue liderando las estadísticas de eficacia en el pase en la Champions y Ancelotti ha sabido dosificarle sin que sienta que su estatus está amenazado.

En el Madrid hay esperanza de que Kroos anuncie pronto que quiere seguir jugando al fútbol. No hay en el mercado un jugador parecido a él, capaz de mover a un equipo con esa eficacia que demuestra partido tras partido, y con tanta experiencia. Su marcha causaría un agujero y un verdadero quebradero de cabeza ahora que con Mbappé el puzle vuelve a estar completo. Pero tarde o temprano esa pieza faltará. Renueve o no el alemán, hay que ir anticipando un relevo fiable para él.