Lunin se viste de héroe y mete al Lega en octavos
Paró un penalti y fue un muro infranqueable para el Rayo
Las noches de Copa son así, euforia para unos y decepción para otros. Lunin se puso el traje de superhéroe y sus paradas marcaron el camino a octavos. El Leganés sonríe y no es para menos: atraviesa por un buen momento en Liga y sigue adelante en el torneo del KO. Lo hizo a costa de un Rayo que lo intentó sin parar, con fe y sin fortuna. Topó con el muro ucranio constantemente y la suerte le dio la espalda, cuando Velázquez anotó el definitivo 0-1 en propia puerta. La Franja ya sólo tiene ojos para LaLiga.
El partido arrancó evidenciando algunas semejanzas. Atacó el Rayo y Omerou, al tratar de despejar un disparo lejano de Bebé, mandó el balón a córner. Primer uyyy en la grada porque los pepineros casi encajan en propia puerta. Así llegó el 0-1. El Zhar buscó la portería de Alberto y Velázquez tocó y redirigió el balón hasta la escuadra. Un jarro de agua fría que lejos de helar a los locales les espoleó, querían otra ronda.
Parecía que la suerte podía cambiar para el Rayo cuando Gumbau cometió penalti sobre Tito. Lunin adivinó las intenciones de Bebé y lo detuvo, entre la alegría visitante y la incredulidad vallecana. A falta de fortuna, los franjirrojos tiraron de voluntad. Pozo mandó la pelota al área y Alegría se tiró para cazarla, momento en que apareció Lunin y la repelió.
Tras el descanso, el Rayo volvió a ser dueño y señor del esférico (récord de posesión, 72,8%), aunque tenía una asignatura pendiente: morder. Si bien la Franja reclamó un penalti de Bustinza a Alegría. O le faltaba acierto o se topaba con el gigante ucranio (reseñable su doble parada: primero con el puño y después, abajo). Alberto no se quedó atrás y desbarató un testarazo de Sabin.
El Leganés se lo jugó a las contras y a Lunin. No era mala apuesta. De Tomás salió y lo remató absolutamente todo, a tumba abierta. También el canterano Sergio Moreno rondó el 1-1 justo antes del pitido final. Una volea que hizo soñar a la grada hasta que volvió a volar el de siempre, el de la capa, Lunin, que ya había pedido otra ronda y que siga la Copa.
Mala suerte Velázquez anotó en propia puerta el gol del triunfo pepinero