Barcelona recupera, al fin, su derbi

Hace mucho tiempo que el derbi barcelonés (rebautizado por Joan Laporta como metropolitano por eso de que el nuevo estadio del Espanyol está ubicado fuera de Barcelona) quedó descafeinado. La diferencia entre unos y otros se hizo tan grande como los objetivos a los que podían aspirar las dos instituciones. Mientras unos soñaban (y sueñan) con tripletes que dieran opción a sextetes, otros hacían números para no pasarse de la raya y poder salvar a la institución. El economista Gay de Liébana, ferviente hincha blanquiazul, siempre dijo que el Espanyol no fue listo como para vivir a la sombra del Barça.

Hace un año apareció Chen

Yansheng, que fue motivo de burla en muchos rincones de la ciudad. Los seguidores del

Barça se mofaban de la falta de personalidad que iba a tener el Espanyol con la llegada de capital chino a un club ahogado en deudas y al que sólo el cariño y el empeño de sus aficionados pudieron mantenerlo con vida.

Hoy vuelve el derbi a Barcelona y las sensaciones son de partido grande. El Barça sigue allí arriba en muchos sentidos y el Espanyol, con Sánchez Flores, da la sensación de que se lo cree. ¿El qué? Pues que acabar los partidos sin encajar un gol es posible y que desde la solidez defensiva se pueden conseguir metas importantes. Eso sí, hoy los probará el tridente, con la potencia de Messi, Neymar y Luis Suárez, que ayer iba preguntando por Pau

López. Llegó el día. Barcelona, al fin, recuperó su derbi.