Los partidos con el Sevilla (en casa) y el Levante (fuera) están aplazados
do se cayeran tan rápido de la lucha por el título, pese a arrancar con tres triunfos. Oblak, en una reciente entrevista con AS, expresó esa decepción: “El club marca un objetivo, pero el de mi cabeza era competir más con Barça y Madrid hasta el final. No pudo ser”. Para este curso, además, no valdrá el atenuante de la transición. Todas las piezas están adaptadas y se exigirá un rendimiento inmediato.
El temor es que el equipo no llegue a tono físicamente para el estreno y para ello se trabaja en Los Ángeles de San Rafael.
Siempre se ha considerado que la pretemporada es determinante para la competición y eso en el Atlético se ha tomado muy en serio, pero este año se asume que, como ocurrió en el tramo final de Liga y luego en la Champions, la forma física será aún más decisiva. El parón de octubre se usará para seguir cargando las pilas a quienes no se vayan.
En ese primer recorrido previo al Atlético-Barça, los de Simeone tienen cuatro partidos en el Metropolitano y tres a domicilio, donde deberán mejorar sus números.
El equipo visitará a Huesca, Celta y Osasuna. No es que sean sencillos, y más con lo que le cuesta al Atleti ganar fuera de casa, pero tampoco adversarios llamados a estar arriba. Y al hogar rojiblanco llegarán Granada, Villarreal, Betis y Cádiz. A los tres primeros les ganó el curso pasado y los gaditanos se estrenarán en el estadio.
Un paso en falso podría dejar al equipo tocado ante el Madrid (que llevará un partido más) y el Barça. O viendo a potenciales rivales como Villarreal o Real Sociedad a ocho o diez puntos si arrancan finos, pese a la coletilla de ‘con dos partidos menos’ (Sevilla y Levante) que tendrá el Atleti. Sería mucho lastre. Y si el primer tramo es amable, luego vendrán las curvas: Barça (jornada 10), Mestalla (11), Bernabéu (13), Reale Arena (15)... Pero eso queda lejos. El cuerpo técnico tiene claro que, más que nunca, empezar a tope es imprescindible.
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