Löw, ante su cuarta final como seleccionador
Tras la humillación en Holanda, necesita ganar a Francia
Löw disputará esta noche su cuarta final como seleccionador alemán. En 2008 perdió la primera ante España, luego ganó las del Mundial 2014 y de la Confecup 2017 y hoy volverá a sentir el mismo cosquilleo, la misma presión cuando tome su asiento en el banquillo teutón. Eso sí, cuando su Mannschaft salte al césped del Stade de France no habrá ninguna copa que disputar. Lo que está en juego es su continuidad después de una crisis que comenzó con la prematura eliminación en el Mundial de Rusia y ha vuelto a sacudir a Löw y los suyos tras el batacazo sufrido el pasado sábado ante Holanda, que le endosó un humillante 3-0.
Es ahora o nunca. Reacción o capitulación. Son muchas las dudas que ha generado Löw antes y después de la debacle mundialista, muchas las incógnitas y muchas las dudas. ¿Será capaz de liderar el cambio de ciclo? ¿Le dará la oportunidad que merece el talento de Sané o Kimmich? ¿O volverá a apostar por su bloque de campeones consolidados a los que parece faltarle motivación? Ante tantas cuestiones se podría llegar a pensar que el míster no pega ojo por las noches, pero ayer explicó: “Duermo mal por una pequeña gripe, la presión la llevo fenomenal.“
Su adversario en el banquillo francés seguro que duerme como un bebé. El flamante campeón del mundo sabe que, además de un bloque consolidado, dispone de los dos jugadores de moda del momento: Griezmann y Mbappé. Con ellos pretende apuntillar a su antecesor en el trono, que en la rueda de prensa previa al choque en París advirtió a los suyos del peligro que desprende el ataque de los bleus y desveló su intención de cambiar el once con respecto a la derrota ante Holanda. Lo normal ante una final, quizá su última.
Deschamps Dispondrá de sus dos jugadores de moda: Griezmann y Mbappé