El Cartagena, a todo o nada para estirar el sueño
Otra final o decir adiós al ascenso. Vuelve Óscar Ramírez
Al Cartagena le va todo en la eliminatoria ante el Celta B. Colarse en la ronda final (su segunda oportunidad para saltar al fútbol profesional) o seguir purgando otro año en Segunda B. La presión a la que se enfrenta el cuadro de Monteagudo esta tarde supone un momento crítico. Superar la depresión post-eliminación de la ronda de campeones (con el autogol de Zabaco faltando medio minuto para ser equipo de Segunda) y derrotar al filial celtiña armaría de moral a los de Monteagudo ante una última batalla, pero antes hay que batir al Celta B.
Con un Cartagonova entregado, y sabiendo que no debe encajar goles, el cuadro albinegro saldrá a morder al filial. Con Hugo y Aitor en los costados y armado en punta con Rubén y Aketxe (muy probablemente) y con Óscar Ramírez recuperado para la causa. Si el virtuoso Celta B marca, tocará hacer dos dianas y ahí el público será fundamental.
Filial exigido. La presión para el Celta B no es menor a la que tiene el Cartagena. Carlos Mouriño, presidente de los vigueses, se ha volcado con el objetivo de tener al filial en Segunda. Incluso la temporada pasada, con el primer equipo clasificado para las semifinales de la Europa League, afirmó que prefería el ascenso del Celta B que coronarse campeón continental. Su sueño nunca lo ha tenido tan cerca. El técnico Rubén Albés apostará por el mismo once que en la ida. Llevando la manija estará Brais Méndez, el mediapunta que acabó LaLiga siendo titular con Unzué en Primera y que está llamado a ser el sucesor de Iago Aspas. El serbio Drazic, el alemán Dennis y el lorquino Juan Hernández, la gran revelación de la temporada, serán sus socios en ataque.