AS (Valencia)

Norrie y el peso de la Davis tumban a Bautista

España, 1-1 con Gran Bretaña en una serie que se abona al suspense

- JESÚS MÍNGUEZ

Bautista “Esto es la Davis y la tensión me afectó al rendimient­o físico”

Ramos ganó el primer cruce en Marbella a Broady (165º) en tres sets. Pero Bautista (23º de la ATP) no supo abrochar una ventaja de 2-0 frente al debutante Norrie, al que saca 91 puntos en el ranking mundial y que llevaba cinco años sin jugar en tierra batida.

En la tierra del Hotel Puente Romano de Marbella, del club que fundó Bjorn Borg y heredó un tiempo Manolo Santana, España se complicó la vida cuando se dibujaba una eliminator­ia más o menos plácida de primera ronda de Davis frente a una disminuida Gran Bretaña. Con Andy Murray en casa y Kyle Edmund, semifinali­sta en Australia y 26º del mundo en el banquillo sin haberse recuperado de la paliza de Melbourne, los británicos se pusieron en manos de Liam Broady y Cameron Norrie, dos debutantes.

El primero se llevó de inicio un 6-3, 6-4 y 7-6 (8/6) en 2h 34 por parte de Albert Ramos. Pero el segundo vivió su día de gloria contra Roberto Bautista, al que derrotó remontando dos sets: 4-6, 3-6, 6-3, 6-2 y 6-2 en 4h 01. El cruce tendrá que llegar al domingo. Hay suspense.

Ramos se encontró con un tenista de 24 años que invocó al factor sorpresa, pero con sólo nueve partidos en la ATP y una aparición sobre tierra en los dos últimos años. El catalán impuso su ranking (21º) y su drive. Aunque tuvo momentos de atasco.

Ramos regaló tranquilid­ad, pero Bautista patinó. El de Castellón, con un bagaje de cinco eliminator­ias y un 6-3 previo en la Davis, sintió de inicio el peso de jugar en casa. Norrie, 114º del mundo, habitual de los challenger­s (balance de 2/4 en ATP Tour) y ningún duelo en tierra en cinco años, salió como un tiro y se puso arriba en el marcador en el primer set con un break. Ante unos 5.000 espectador­es y con una animosa presencia británica, Norrie soñó con hacer naufragar a la Armada. Sólo un sueño, porque el 23º del mundo se puso dos mangas arriba y 2-0...

Entonces apareció el factor Davis. Ese que dicta que un tenista menor pude convertirs­e en un gigante, que un jugador que en su vida ha disputado un quinto set puede ganarte. Bautista se descentró. Norrie corrió la mano. Se llevó el tercer set. En el cuarto, el español pidió ya la asistencia del médico cuando encajó el primer break por una sobrecarga en su cuádriceps izquierdo. Y lo perdió. Llegó el quinto, y acabó fundido entre 60 golpes ganadores del británico. “Esto es la Davis y esa tensión me ha afectado al rendimient­o físico. Es un momento difícil”, reconoció el español. “Se ha abierto una oportunida­d increíble”, resumió el capitán, Leon Smith. Un golpe al mentón de España.

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AMBIENTE. La Davis volvía a casa tras cuatro años y medio y unas 5.000 personas se congregaro­n en el Puente Romano de Marbella.
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