Feddal, feliz con la camiseta de Messi
Y eso que no estaba convocado
Ayer llegué al bar Vitoria del barrio del Pilar de la capital alavesa y me encontré con mi amigo marroquí Boubkar Loukid. La verdad es que todos le llamamos ‘Lucky’. Aún recuerdo que cuando nació mi hija (que en abril cumplirá tres años) le metió 10 euros en la cuna para desearle fortuna en la vida. Aquí en lugar de meterlos, te los roban. Así que, mucho respeto para la buena gente del Norte de Africa. Los que te invitan a su casa para tomar té cuando te conocen en su tierra.
Oye, “¿ya sabes que Feddal se quedó con la camiseta de Messi el pasado sábado cuando terminó el Alavés-Barça?” me sugirió. “No creo, ni siquiera estaba convocado para el partido…”, le respondí. Entonces, ni corto ni perezoso, me sacó una foto en la que Zou aparece junto a su amigo periodista Achraf Ben Ayad, que trabaja para Bein. Y, efectivamente, exhibe la camiseta del astro argentino. La instantánea se puede ver, por ejemplo, en el periódico digital ‘El Botola’ (la Liga) o en Medi 1 TV.
Achraf es un buen tío. Le encanta el fútbol y, sobre todo, el Barça. Es buen amigo de Feddal (incluso cuando viene a Vitoria suele cenar con él en el domicilio del central sito en el paseo de la Música, una zona exclusiva de la ciudad). El periodista es de Tánger (como ‘Lucky’) y Zou nació en Tetuán (a 60 kms. de distancia). “Cuando quieras te hago un perfil suyo para AS. Y. además, no te lo voy a cobrar”, reía hace quince días. Cuando quieras, compañero.
No es la primera vez que me veo involucrado en una gestión vinculada a la camiseta de Messi. Luis Scola es un coleccionista inmisericorde de elásticas de astros del deporte. Hace unos años le gestioné dos intercambios: le daba a Messi una de Houston firmada y tenía que recibir una de la albiceleste también con dedicatoria. Ronaldinho (fan del baloncesto profesional americano) debía enviar una del Barça y recibiría, también dedicada, otra de Luis de la franquicia tejana. En este caso no quería ni ver la de Brasil pero sí la blaugrana. La gestión me llevó un año pero, gracias a mi amigo Lázaro (ahora en prensa del Barcelona pero muchos años en la SER), se realizaron los dos cambios. Scola, que nunca me había dado su teléfono personal sino el del club, me lo facilitó en ese caso. Anécdotas de 30 años de profesión.