AS (Levante)

Koke dirigió la presión en Valencia y el trabajo atrás ante el Liverpool

- SERGIO PICOS

Si hay un jugador en la plantilla del Atlético que represente por encima del resto al cholismo es Koke. El capitán colchonero es el único que ha convivido desde el primer día con Simeone, cuando todavía era una promesa de la cantera (19 años) y mientras su futuro se dirimía entre continuar en el equipo, donde Diego, Arda, Raúl García, Reyes o Salvio le restaban opciones de jugar o salir con destino al EuroMálaga. El propio jugador ha reconocido varias veces cómo la charla con Simeone fue clave para seguir. El mensaje: si continuaba trabajando así acabaría jugando y Koke se puso manos a la obra. Desde entonces, y con la salida de Diego en ese verano de 2012, el papel del centrocamp­ista pasó a ser capital. Su temporada 2013-14 para conseguir el título de Liga, con 13 asistencia­s en el campeonato, o su año 2015-16, donde consiguió 14, han llevado al ‘6’ a ser el medio más asistente de LaLiga en la última década.

Pese a que esa producción ofensiva de Koke en las últimas temporadas ha decaído, su importanci­a para el Cholo sigue siendo máxima, algo que se exagera durante sus ausencias. Con la pérdida de pesos pesados en la plantilla como Gabi, Godín o anteriorme­nte Raúl García, el papel de Koke en cuanto a liderazgo ha tenido que aumentar drásticame­nte. El ‘6’ es la mano de Simeone sobre el campo, el jugador que dirige la presión y cumple el plan del técnico sobre el verde. Tras volver al once con victoria contra el Levante, donde Koke dio la asistencia a Correa, en Valencia pudo verse a un Atlético completame­nte reconocibl­e con una presión muy alta sobre la salida jugada de los centrales. El balón parado dejó al equipo rojiblanco sin victoria en Mestalla pese a la buena imagen ofrecida.

Y ante el Liverpool apareció el Atlético de las grandes noches de Champions. Un equipo rocoso, casi imposible de superar en el cuerpo a cuerpo y con un sistema de ayudas que tejió una tela de araña sobre el equipo inglés, que se marchó del Wanda Metropolit­ano sin rematar a portería en todo el encuentro. Koke volvió a ser el apagafuego­s rojiblanco, sin parar de correr para taponar cualquier agujero que pudiese encontrar el Liverpool. En la primera mitad en la derecha frenando a Robertson y Mané y en la segunda, con la entrada de Llorente por Lemar, pasó a jugar en la izquierda para echar una mano a un sobresalie­nte Lodi sobre Alexander-Arnold y Salah.

Y no es casualidad que los reds buscasen sus ataques por la banda opuesta a la de Koke, en la primera por la derecha y en la segunda en la izquierda. El ‘6’ dejó una clase magistral de cómo ayudar al compañero, un trabajo oscuro pegándose una paliza física para llegar a todo. También acabó como el segundo jugador del equipo con más pases (24), sólo superado por Thomas (26). Lo que ha quedado claro en su ausencia y posterior regreso es que el Atlético es mucho más cholista cuando está Koke por medio.

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