La mejor medular del mundo
tenido minutos en los dos últimos encuentros antes del parón, al lado del balcánico, pero sin coincidir con el paulista. En esa búsqueda de alternativas por parte de Ancelotti, Casemiro (29 años) ha tenido rotaciones, algo a lo que no está acostumbrado (ha sido líder de la plantilla blanca en minutos en tres de las últimas cuatro temporadas). No jugó contra el Mallorca y fue suplente en la derrota en Cornellà. Modric (36) se perdió los partidos contra Levante y Betis por una lesión en el aductor. El entrenador blanco también le dio descanso contra el Mallorca y salió como suplente frente al Sheriff. Kroos (31), por su parte, tuvo sus primeros minutos contra el Sheriff y ha sido titular contra Espanyol y Shakhtar.
Complementarios. Casemiro aporta el equilibrio defensivo. Modric, la magia, coronada con el Balón de Oro que conquistó en 2018. Esta temporada, el croata es el jugador blanco que más pases da en campo contrario y en el último tercio. Y Kroos hace gala de un magistral manejo de los tiempos y precisión quirúrgica en el pase. Lleva 70 asistencias en su etapa en el Madrid.
Desde la 2015-16, temporada en la que el brasileño regresó de su cesión en el Oporto, Casemiro, Modric y Kroos han coincidido en en 157 partidos. Y están cerca de alcanzar el centenar de victorias juntos. El balance del Madrid con el trío sobre el césped es de 98 triunfos (62,4%), 32 empates (20,4%) y 27 derrotas (17,2%).
El de pasado mañana será el decimotercer Clásico que jueguen los tres juntos. En los doce anteriores han cosechado seis victorias, tres empates y tres derrotas. En los tres últimos enfrentamientos contra los azulgranas, han celebrado el triunfo de su equipo y han sido partícipes activos de ellos. Kroos dio la asistencia a Vinicius que abrió el marcador en el último partido en el Bernabéu antes de la pandemia; Modric, saliendo desde el banquillo, marcó el 1-3 que cerró el partido hace un año en el Camp Nou; y el alemán marcó el segundo en el 2-1 en el Di Stéfano. El domingo van a por su séptima victoria conjunta. El motor de siempre sigue funcionando.
Hay coches de alta gama que acaban frustrando al comprador porque a pesar de una apariencia imponente terminan fallando por un cablecito o el ajuste de una tuerca. Esos son los equipos fabricados en torno a los nombres y no a los hombres. Los fuegos artificiales son bellos en su desarrollo, pero terminan dejando un sentimiento de frustración en el que los ve porque pasan rápido y cuando explota el último cohete sabes que no van a volver. Eso explica la decepcionante imagen que está dando el PSG hasta ahora a pesar de haber acumulado una constelación de estrellas con un precio fuera de mercado. De hecho, Raiola quiere ahora sacar de París a Donnarumma en vista de que el gran Keylor Navas se ha ganado la titularidad por su rendimiento a pesar del millonario sueldo del joven portero italiano.
Eficiencia
Están a dos victorias de llegar al centenar de triunfos como trío Clásicos
Han ganado la mitad de los partidos (6 de 12) que jugaron ante el Barça
Con el centro del campo del Real Madrid pasa todo lo contrario. El coche que pilota
Carlo Ancelotti no está en la Expo de los Fórmula 1 más deslumbrantes, pero sabe que su coche acabará compitiendo por ganar todas las carreras porque su motor es imbatible. Sólo se trataba de ajustar la puesta a punto (física) de Casemiro, Kroos y Modric. La Santísima Trinidad del fútbol. Las tres
Champions consecutivas que ganaron demostraron que ese motor es de alta fiabilidad y que soporta pavimentos de toda clase y cambios bruscos de temperatura. Para ellos no hay excusa ante el fracaso. Cuando los tres están bien, el madridismo duerme a pierna suelta.
Por si fuera poco, en la recámara, y por si hay necesidad de pasar por boxes, aguarda un motor alternativo formado por Camavinga, Valverde y Asensio. Casi nada al aparato. Y ojo, que en el almacén siguen esperando piezas importantes y resolutivas como Antonio Blanco,
Isco y Ceballos (Dani, yo te espero). El centro del campo del Madrid es una joya. El mejor del mundo.