Las Guerreras llegan a la lucha por las medallas
España perdió con Rusia pero el triunfo de Montenegro le dio el pase
Las Guerreras se marcharon disgustadas del Park Dome. Acababan de sufrir su única derrota, dolorosamente ante Rusia (26-36), y era el momento de hacer equipo, de recuperar al grupo, la autoestima y las ganas de jugar cuando pensaban que todo estaba acabado tras haberlo tenido tan cerca. Y en plena cena, lejos del pabellón, llegó la noticia: “¡Chicas, que Montenegro está ganando a Suecia!”. Buscaron un ordenador... y disfrutaron de su clasificación en un simple restaurante, sin mantel siquiera. ¡España, a semifinales!
Fue una jornada rocambolesca. Empezaba España ante Rusia, y dependía de ella misma para ir a por las medallas. Imposible frente al campeón olímpico, una máquina arrolladora. Fuerte, alto, coordinado, rápido, disciplinado; así es el bloque de Ambros Martín, que golpeó como un martillo pilón a las españolas, sin prisa, sin pausa, minuto a minuto. Tras el 12-16 al descanso se fue ampliando la diferencia, y cuando en la recta final Viver apostó por atacar con siete para rebajar la diferencia, encajó goles a puerta vacía. Con ese marcador, a España no le quedaba ni la opción de la diferencia de goles en el empate a puntos con las nórdicas.
Suecia, en cambio, lo tenía todo a favor: si ganaba, clasificada. Pocos contaban con Montenegro, que se jugaba el tercer puesto, asegurarse el Preolímpico, “un país pequeño pero orgulloso”, como dice Muratovic, montenegrino del Cangas, histórico de la Asobal.
En el inicio del Suecia-Montenegro las nórdicas empezaron mandando, y no daban la sensación de poder venirse abajo. Nadie contaba con un cambio decisivo: dejó la portería Marica Rajcic, y entró por ella Marta Batinovic, antigua internacional croata, de 30 años y 1,88 metros.
Montenegro se transformó; del 30 por ciento de acierto, al casi 50 por cierto en la