El calvario de los técnicos: estrés, insomnio, cansancio...
“No paraba de vomitar”, ha confesado Doc Rivers
En la NBA las condiciones de los jugadores han mejorado a medida que las franquicias se han ido profesionalizando en todos los ámbitos. También a nivel médico. La ciencia deportiva avanza y la propia Liga ajusta el calendario, reduce la carga de esfuerzo y se centra en el estudio del sueño, uno de los asuntos en los que ha puesto más interés.
Pero, ¿y los entrenadores? La conclusión tras leer un artículo de Dan Woike en Los Angeles Times es que ni la NBA ni las franquicias están fijándose lo suficiente en un gremio que sufre muchas de las mismas incomodidades de los jugadores y añade otras: los partidos parecen no acabar nunca y si lo hacen es porque ha llegado el momento de preparar el siguiente.
Doc Rivers cuenta que en 2016 estuvo a punto de retirarse: vomitaba sin parar, adelgazaba, tenía que ponerse inyecciones antes de los partidos y se sentía agotado. “Era horrible, no me quedaban fuerzas. Es un problema enorme al que no se está prestando atención”, asegura el entrenador de los Clippers, que no llegó a parar como sí tuvieron que hacer Steve Clifford, ahora en los
Magic,y Tyronn Lue, asistente del propio Rivers y campeón al frente de los Cavs de LeBron.
El sueño es muchas veces una quimera después de los partidos, tal y como confirma
Rick Carlisle, el entrenador que
Cambios Doc Rivers ha dejado el alcohol y medita antes de los partidos
dirige a los Mavs: “Es difícil irte a casa después de un encuentro y echarte a dormir sin más. Cuesta un buen rato conciliar el sueño, y además tienes que ver el vídeo del partido. Si lo dejas pasar, puede que ya tengas los del siguiente rival”.
Rivers ha dejado de beber alcohol tras los choques y medita antes. Scott Brooks, de los Wizards, corre; Terry Stotts (Blazers) da paseos y, después de los encuentros como local, se va a casa a ver capítulos de Madam Secretary con su mujer. Mike Budenholzer pasa muchos ratos en el gimnasio levantando pesas. Los entrenadores tienen cada vez más claro que hay una relación obvia entre su estado físico y anímico y su rendimiento. Además, tener un buen aspecto ayuda: un estudio demostró que si están en buena forma tienen más ofertas y se ganan más fácilmente el respeto de los jugadores.