AS (Galicia)

Deja pasar otro tren

El VAR le quitó un gol a Hazard y no le dio al equipo blanco un posible penalti por mano de Feddal ● Vinicius, sin suerte

- REPORTAJE GRÁFICO JESÚS A. ORIHUELA, JAVIER GANDUL, JESÚS RUBIO Y DANI SÁNCHEZ

de clase superior, dos jugadores capaces de sujetar al grupo y de sacarle de un apuro como el que vivía en el Bernabéu. Y el Madrid, que es un equipo de esfuerzos cortos, pareció perder el apetito en cuanto fracasó el primer asalto. Incluso pasó algún apuro ante Fekir y quedó registrada una salida a la intemperie de Courtois que de haber acabado en gol habría dado que hablar.

Eso sí, al Madrid siempre le quedó Benzema. Un jugador de irregulari­dad manifiesta en sus nueve primeros años, la ciclotimia con botas, funciona ahora como un reloj. Estuvo en lo mejor del Madrid. A diferencia de Jovic, que espera al partido en el área, él lo busca allá donde esté. Anduvo cerca de gol en tres ocasiones antes del descanso y le regaló una oportunida­d dorada a Ramos con un torerísimo pase de pecho al que el central dio salida con un tiro violento pero sin ninguna colocación rechazado por Joel.

El Madrid regresó del descanso en posición horizontal. La pelota corrió poco y sus futbolista­s olvidaron el juego al espacio. Sin desmarques, sin velocidad y sin profundida­d se lo puso fácil a un Betis más atento que brillante que esporádica­mente adelantó mucho la presión para encontrar la emboscada. En uno de esos intentos fallidos pudo cazarle el Madrid a la contra. Nadie alcanzó en el esprint a Mendy, pero el lateral no encontró portería en el mano a mano con Joel.

Para agitar un encuentro que se dormía entró Vinicius, al que la derecha le parece una cárcel. Aquella lesión ante el Ajax de la pasada primavera le ha hecho retroceder extraordin­ariamente. Su fútbol se ha vuelto más atropellad­o y su facilidad para desbordar tiende a cero.

El Madrid había quemado casi todos los cartuchos, incluido el del VAR, que no llevó al punto de penalti una mano de Feddal casi a ras de suelo. La última medida fue desesperad­a. En un partido con muy pocas progresion­es del Madrid por banda, Zidane metió a Jovic por Benzema. Con todo, aún pudo ganar el partido en dos remates de Vinicius desde dentro del área. Cada tarde sin gol contribuye al linchamien­to del brasileño. El final fue tremendo, con el teatro de operacione­s en el área pequeña del Betis, el punto geográfico en el que nunca estuvo el Madrid.

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