'The Times': el Tottenham planea cinco ventas
Eriksen es uno de los que saldrá
EI Tottenham lleva dos años sin hacer demasiados movimientos en el mercado de fichajes, entre otras razones por la enorme inversión que ha requerido su nuevo y flamente estadio. Pochettino ha conseguido mantener su bloque, convenciendo a Daniel Levy de que utilice el presupuesto para retener a Harry Kane ya Dele Alli y reconfigurar el plantel con fichajes. El equipo va necesitando un cambio y el doloroso 2-7 ante el Bayern lo dejó patente. Pero para ello, el club londinense debe antes hacer caja. Es por eso que el argentino ha hecho una lista de los jugadores que quiere vender, según The Times. Eriksen es una de las estrellas, pero su peculiar situación contractual la pone de nuevo en la casilla de salida, y se le unirían cuatro futbolistas. El primero es Eric Dier. El pivote y central inglés solo ha jugado dos encuentros enteros y los dos han acabado en drama: en uno cayeron eliminados de la Carabao Cup y en otro (el último), el Brighton les metió un 3-0.
Otro de los que saldrían a cambio es Victor Wanyama. Sissoko, Winks, Alli, Eriksen, Lo Celso y Ndombele han acabado por relegarle al banquillo y en ocasiones han propiciado que no fuese ni convocado, acaparando casi todos los minutos. Y es que sólo 24 minutos disputados en la Premier League hacen pensar que es mejor hacer caja con él. El último de la lista es Danny Rose. El lateral izquierdo ya tiene 29 años y aunque es titular dejaría hueco para Ben Davies, que cumple tan bien como él pero es más joven.
Una necesidad, la de Pochettino, de revitalizar el equipo en la que Eriksen juega un papel importante porque es el futbolista con posibilidades de salir con mejor cartel. Su rendimiento no es el mismo de la temporada pasada...
“A los atléticos, sin embargo, parece importarles bien poco nuestras inquietudes estéticas”
Hay partidos que se pueden resumir con un escueto “al menos no murió nadie”, como si hubiésemos pasado los noventa minutos reglamentarios temiéndonos lo peor. Me sucede con muchos encuentros del Atleti, con todos los que pita Mateu Lahoz y hasta con algún solteros contra casados, esa lucha ancestral con que se coronan no pocas fiestas patronales en los pueblos de media España. “Lo importante es que estamos todos bien”, solía alegar un cliente del bar de mi abuelo cuando su mujer lo sorprendía dejándose el sueldo en la tragaperras.
Que aburrirse es “besar a la muerte” ya lo sostenía Gómez de la Serna mucho antes de que el Cholo Simeone desembarcara en Madrid con su traje de yakuza, dispuesto a diezmar nuestro parque futbolístico de puro tedio. Sus equipos son como esos paquetes de gominolas que uno se encuentra en los mostradores de las gasolineras: por cada nube de azúcar llevan tres ladrillos de regaliz y dos melones de chicle. A los atléticos, sin embargo, parece importarles bien poco nuestras inquietudes estéticas y el aplauso de la crítica, al menos en su mayoría. Es una afición curtida, especialmente los más veteranos, con suficientes cicatrices para recordar que, no hace tanto, apenas celebraban mucho más que las magníficas campañas publicitarias de la agencia Sra Rushmore.
El pasado sábado, al descanso del simulacro perpetrado en Zorrilla, me acordé de aquel niño del anuncio, el del famoso “papá, ¿por qué somos del Atleti?”. Es probable que a estas alturas siga viviendo en casa (el patio laboral y el inmobiliario no están para muchas alegrías). Y me lo imaginé sentado con su padre en el sofá, esperando todavía una respuesta, mientras media España se preguntaba de qué planeta vino Simeone para dejar en el camino a tanto inglés, a tanto chino, a tanto hindú... Todos muertos de aburrimiento. Hablo de una muerte figurada, claro, como también me figuro que la respuesta final del padre bien pudo haber sido “lo importante es que estamos todos bien”.