57.545m3 de hormigón
Un millar de trabajadores y toneladas de materiales dan forma al nuevo Bernabéu, que reabre con las obras aún en curso
Las obras del Santiago Bernabéu siguen su curso (no terminarán hasta diciembre de 2022), pero los 25.000 aficionados que acudan esta noche al partido contra el Celta se encontrarán con un recinto muy diferente de aquel en el que presenciaron el último partido, el Clásico contra el Barcelona, hace más de un año y medio. La reforma del estadio madridista ha avanzado hasta dejar un aspecto radicalmente distinto del que tenía y en los últimos días han acelerado para tenerlo todo a punto, trabajando las 24 horas del día en tres turnos.
Una de las últimas tareas ha sido la instalación y puesta a punto del césped, uno de los procesos más interesantes y hasta apasionantes desde el punto de vista técnico y científico. Los 500 tepes de hierba natural han sido criados desde abril en Plasencia (Cáceres) y hace 10 días fueron trasladados hasta el Bernabéu en camiones frigoríficos que mantenían el césped a 0ºC. El césped se ha instalado de madrugada para evitar las altas temperaturas diurnas en la capital. Ha hecho falta remover 30 metros cúbicos de arena por 7.500 metros cuadrados. Una de las muchas cifras que ponen de manifiesto la envergadura de una reforma colosal.
La obra requiere 57.545 m3 de hormigón, el equivalente a la capacidad del estanque grande del Retiro. También se emplearán 33.172 kilos de acero estructural y 7.300 kilos de acero corrugado y la fachada quedará cubierta por 46.500 m2 de acero inoxidable. Las grúas que trabajan en el estadio son capaces de levantar 400 estatuas de la Cibeles.
Más de 1.000 trabajadores de diferentes especialidades trabajan diariamente en las obras, que ejecuta la constructora FCC bajo la dirección y supervisión de los técnicos del Madrid. Unos de los mayores éxitos de las obras es que ningún trabajador ha sufrido ningún accidente de importancia. Sólo el susto de un material de poliuretano que salió ardiendo el pasado 26 de mayo, con una humareda más aparatosa que la gravedad del incidente en sí. Las obras cuentan con unos controles de seguridad mayúsculos, tanto en riesgos laborales como a nivel sanitario desde que se declaró la pandemia.