Agarrarse a un clavo ardiendo

En Tarragona están tan necesitados de alegrías que se agarran a cualquier clavo ardiendo. Con la llegada de Enrique Martín, la afición y la plantilla quedaron prendados de su discurso y motivación y ahora, tras recuperar a un efectivo clave como Ramiro Guerra y la llegada de Imanol García, parece que ha vuelto a salir el sol. El punto ante el Almería fue más importante de lo que parece porque va a servir de muy poco para luchar por la permanencia, el vestuario se dio cuenta de que sabe competir. Y algo más, se sabe levantar tras recibir un gol en contra. Además, ha logrado enganchar a una afición que no está dispuesto a morir sin pelear. Eso se necesita, un Nou Estadi enchufado y que haga correr y sudar a su equipo.

Restan cuatro partidos para llegar al parón navideño y el Nàstic ha de recortar cinco puntos. Enrique ya dijo que quería llegar a las fiestas fuera del descenso y tiene trabajo. Solo uno de estos encuentros será en el Nou Estadi, ante el Granada, y el resto tocará visitar a Numancia, Extremadura y Mallorca. Ser colista es un lastre que hace que la mochila pese, pero el técnico grana ya se ha encargado de liberarla. Para él, la Liga empezó el pasado sábado. Pues bien, a partir de ahora se le podrán pedir responsabilidades. Gordillo se quejó de que no obtuvo resultados porque tenía la enfermería llena. Enrique cuenta con todos. A ver qué pasa.