... a uno repleto de ucranianos
EI 24 de febrero pasado el Shakhtar que conocíamos era uno de los mejores trampolines del fútbol brasileño para saltar a los grandes de Europa. Ese día dejó de existir al comenzar oficialmente la invasión rusa de Ucrania y empezar la huída de una guerra inminente. También de los futbolistas extranjeros del país (a los nacionales no se les permitió, por decreto gubernamental, dejar Ucrania) y entre ellos, los 13 brasileños que tenía el Shakhtar en nómina. Una plantilla que sólo tres meses y medio antes había jugado en el Bernabéu con los brasileiros Dodó, Marlon, Ismaily, Tetê, Maycon, Alan Patrick y Fernando en el once. Este último haría el gol en el 2-1 de los mineros en Chamartín. En el banquillo aguardaban Vitão, Marcos Antonio, Dentinho y Marlos. Todo aquello es historia, ninguno sigue en el Shakhtar que veremos hoy...
El mismo 24 de febrero, con los primeros avances de la ofensiva ordenada por Putin, una decena de futbolistas brasileños (también del Dinamo de Kiev) hicieron una llamada al mundo a través de un vídeo que contó con la amplificación en redes de compatriotas como Neymar. “Falta el combustible en la ciudad, la frontera está cerrada y también el espacio aéreo. No hay forma de que nos vayamos... Pedimos apoyo al Gobierno de Brasil”, suplicaron. Alguno llegó a hablar, en sus redes, de que se sentían “presos” en Ucrania.
En lo deportivo, FIFA movió ficha y permitió a los futbolistas que lograsen abandonar el país ser inscritos, de manera excepcional, en cualquier otro club. El espaldarazo legal definitivo para un éxodo que en el Shakhtar fue demoledor. “Cuando llegué al Shakhtar, el pasado 14 de julio, el proyecto deportivo estaba casi caído...”, explicaba Igor Jovicevic el pasado martes en AS. Ahora sólo hay un brasileño, Taylor (recién fichado precisamente por Jovicevic porque le conocía de su etapa juntos en el Dnipro), pero ante todo supone la constatación de que ha saltado por los aires al modelo de
Perjudicado FIFA permitió irse a los extranjeros y el Shakhtar ha tenido que cederlos o malvenderlos
El panorama actual es muy distinto. A excepción del lateral derecho Taylor, recién fichado, es un once muy local. Con Mudryk al frente, en total 12 jugadores del Shakhtar se fueron con la absoluta y la Sub-21 de Ucrania en el último parón.
Rinat Ahkmetov, el multimillonario dueño del Shakhtar.
Hasta la guerra, el equipo de los mineros de Donetsk bailaba samba, se asentaba como un habitual en la Champions y vendía a lo grande: Fred (32M€ al Manchester United), Fernandinho (otros 32M€, en su caso al City), Alex Teixeira (30M€ al Suning chino), Willian (25M€ al Anzhi ruso) y Douglas Costa (23M€ al Bayern), entre otros. Ahora se ha visto obligado a malvender o ceder a sus activos brasileños porque ninguno quiso regresar. Por ejemplo
Tetê, que les costó 15 millones y está a préstamo en el Lyon. O Pedrinho, cedido en el Atlético Mineiro cuando el Shakhtar había invertido 18M€ en su contratación...
Uno de los casos involucra, directamente, al Madrid. El club blanco vio una oportunidad en Vinicius Tobias, un lateral derecho de 18 años que ni había podido debutar con
el Shakhtar. De hecho, había realizado sólo dos entrenamientos cuando estalló la guerra. Ahora juega cedido hasta junio de 2023 en el Castilla y Ancelotti, que se lo llevó a la gira por EE UU, le ve potencial. El Madrid cuenta con una opción de compra pero, la ejerzan o no, en el Shakhtar pocos confían en que vaya a volver a pisar Ucrania…
A España Vinicius Tobias llegó cedido al Castilla y el Madrid tiene una opción de compra