Para este Madrid
El Valencia se adelantó y mereció más, pero murió de agotamiento ● Tres lesionados: Carlos Soler, Correia y Carvajal
Ale tapó el remate. Hazard se siente en deuda con la afición y eso explica su aplicación también sin la pelota. Le ganó una porfía a Correia que obligó tanto al portugués que acabó por lesionarse. En la jugada siguiente cayó Carvajal, cuya debilidad muscular está ya en el terreno de lo alarmante. Al Valencia no se le fue el santo al cielo ante tanta desdicha y buscó su opción en los balones largos. Uno pudo aprovecharlo Maxi Gómez, pero se zambulló en el área esperando una zancadilla de Alaba que sólo existió en su imaginación. Con matices, el Madrid era el de Milán: encogido, perdedor en las disputas, demasiado acostado en su área, excesivamente largo, sin apoyo de los laterales (¿por qué invertir los papeles de Nacho y Alaba?). Eso sí, tuvo más salidas que en la primera mitad de San Siro, todas inconclusas. A Vinicius le pararon primero Correia y luego Foulquier, Hazard se quedó en los
El Real Madrid suma 18 partidos consecutivos en Liga sin perder fuera de casa (12 victorias y seis empates). De esta forma ha igualado su mejor racha histórica sin tropiezos en la competición. En 1997 logró once triunfos y siete empates, mientras que en 2016 cosechó 13 victorias y cinco empates. detalles, Benzema perdió el ángel al pisar el área.
Algo parecido le ocurrió al Valencia, estupendo en la contención, con Guillamón y Wass reduciendo las maniobras del Madrid en el centro del campo, pero sin precisión en el terreno de la verdad. Ahí echó de menos a Guedes, un genio intermitente. Antes y después del descanso, Courtois sostuvo la igualada al rechazar un cabezazo franco de Paulista y un tiro cercano de Hugo Duro. Mal asunto beatificar permanentemente al portero.
El Madrid volvió aturdido del descanso y el Valencia quebró todas las líneas. A Guedes se le fue un gol claro, tras una estupenda incursión de Yunus Musah. El equipo de Ancelotti se vio cogido por la pechera, sin intensidad, sin soluciones, a merced de un rival crecido ante todas las contrariedades.
Para cuando llegó la segunda oleada (Camavinga y Rodrygo) el ímpetu del Valencia había ido muy a menos, pero en un partido de contradicciones, se puso por delante en el marcador. Fue en un despeje estrafalario de Lucas Vázquez que dejó la pelota en la izquierda de Hugo Duro. Su remate cruzado resultó imparable. La maldición del ex en todo su esplendor.
Y entonces Mestalla conoció esa cara invencible del Madrid. Rendido por el esfuerzo el Valencia, lo remató la desgracia. Un gol de Vinicius en tiro desviado de modo suicida por Foulquier (86') y otro de Benzema con el hombro (88') mataron injustamente al equipo levantino y salvaron la cara de un Ancelotti que cambió demasiado tarde. Por novena vez Bordalás se va sin ganarle al Madrid y esta vez le costará más explicárselo a la almohada.