El Joventut no ablanda al Madrid y Doncic disfruta
El líder no da opción al colista y el esloveno ronda el triple-doble
L a mejora deportiva, incluidos dos triunfos seguidos, y el impulso emocional por el anhelo de rescatar a un club histórico no les bastó a los jugadores del Divina Seguros Joventut para poner en aprietos al líder. El Madrid, en ausencia de Campazzo y Thompkins, utilizó a toda su plantilla, a los doce disponibles. Era día para rotar mucho, lo que no le impidió mandar de salida (21-13). El Joventut trató de revolverse en el segundo cuarto contra su destino y llegó a ponerse por delante: 26-28. Ahí, en realidad, terminaron sus opciones.
Con Doncic al mando de todo, Carroll ametralló el aro (11 de sus 16 puntos en ese asalto) y Rudy, Reyes y Ayón completaron un buen trabajo. El Real descargó un parcial de 20-4 (12-0 en cuatro minutos) casi imposible de voltear. Una estampida que la Penya tampoco pudo detener en el tercer periodo. La brecha se abrió hasta los 23 puntos (70-47), ahora con buenas acciones de Taylor, Randolph y Yusta.
El talento blanco se quedó sin contestación. Era el líder frente al colista y el aliciente de ahí hasta el final lo encontramos en Doncic, en ver si era capaz de lograr su primer triple-doble en la élite. Llegó a las diez asistencias, pero se quedó en 9 puntos y 8 rebotes. Laso lo sustituyó a falta de un minuto y medio.
Al menos, cuarto. El Madrid abraza ya el primer puesto final. Se lo ha ganado a pulso, aunque las matemáticas deban aún confirmarlo. Lo que sí está sellado es que incluso perdiendo todos sus encuentros no caería más allá de la cuarta plaza. A solo siete jornadas del final aventaja en cinco triunfos al Baskonia, que juega este jueves en Valencia.
La Penya sigue sin ganar en Madrid, la próxima semana se cumplirán diez años (17 de abril de 2008). Lo logró entonces agarrado a la Doble R, a los 30 puntos del verdinegro Rudy (8 de 11 en triples) y a los 19 de Ricky Rubio que abatieron a los indomables Bullock (35) y Reyes (21). Doncic tenía 9 años. Al Joventut le toca ahora arañar los triunfos que necesita para la salvación de su cantera y de su tradición en otros escenarios más amables. A ver.