Los finales en alto dejan a la Vuelta sin velocistas
Nikias Arndt, del Giant, parte como el hombre a superar
A pesar del magnífico cartel de candidatos al título, la Vuelta de 2016 también destaca por sus ausencias. Para empezar, no contará con ningún integrante del podio de 2015: ni Fabio Aru, ni Purito Rodríguez (retirado), ni Rafal Majka. Pero donde más cojea es en el nivel de los sprints. Ningún velocista de primera fila ha tomado la salida. Entre 1995 y 2010, los hombres rápidos y clasicómanos solían utilizar la Vuelta como preparación para el Mundial. Desde que comenzó la tendencia de las metas en alto, la nómina de los sprinters se ha reducido al mismo ritmo que han arreciado las críticas. Mark Cavendish aseguró incluso que la ronda se ha transformado en “una cosa estúpida”.
Descartados Daniele Bennati, reciclado en otro gregario de Contador, y Tyler Farrar, en franca decadencia, sólo dos corredores que han ganado volatas en una gran ronda pelearán por las llegadas masivas: el italiano Kristian Sbaragli (Dimension Data), vencedor en Castellón en 2015, y el alemán Nikias Arndt (Giant), heredero de un triunfo en el pasado Giro por descalificación de Giacomo Nizzolo. Aunque escueto, los dos presentan un mejor currículum que Felline, Van der Sande, Bonifazio, Drucker o el prometedor Cort (danés de 23 años del Orica). Frente a un diseño de diez finales en cuesta, dispondrán de apenas cinco o seis opor tunidades.
Respecto a los españoles, el Caja Rural no ha incluido en su nueve a Carlos Barbero, pero dispone de la punta de velocidad de Pello Bilbao y Eduard Prades para grupos reducidos. El Movistar tampoco ha traído a Juanjo Lobato, que ha firmado por el Lotto Jumbo para 2017. José Joaquín Rojas, anteriormente sprinter, cumple ahora funciones de escudero. Vicente Reynés, magnífico profesional del IAM, quizá busque opciones de brillar individualmente en un equipo que desaparece.