El día de los otros
La Copa abre la puerta a los olvidados de Zidane ● El francés deja fuera a Odegaard, que pide irse ● Un Alcoyano ilusionado echa de menos a su público
Más moral”. El lema figura junto al escudo del Alcoyano en su página web. Y la campaña de abonados se acompaña de un mensaje similar: “Renueva la moral”. El eslogan tiene un origen incierto, pero todas las teorías están relacionadas con la vocación del club de pedir lo imposible. A veces, incluso, lo alcanzó. En la temporada 47-48, la única en que consiguió mantenerse en Primera, quedó por delante del
Madrid. Era un Madrid de posguerra, lastrado por el coste de la construcción del Bernabéu, inaugurado ese mismo año, y con Molowny, Bañón, Barinaga, Corona e Ipiña como figuras. Un Madrid pre Di Stéfano y un Alcoyano histórico, que pasó cuatro temporadas en la máxima categoría, que se fue a Segunda en 1951 y que jamás volvió.
Nada que ver con la realidad actual. El Alcoyano subió este verano a Segunda B sin jugar la repesca final a causa de la pandemia. Los positivos de otro equipo implicado, el Marino, impulsaron a la Federación a decretar el ascenso de ambos, del Lealtad y del Linares. Luego le ha ido bien. Es tercero en su subgrupo, suma siete partidos sin perder y ha echado ya de la Copa al Laredo y a un primera, el Huesca.
Lo dirige Vicente Parras, un técnico que hizo gran parte de su carrera en las categorías inferiores del Elche y al que Ramón Planes, hoy director deportivo del Barça, ya valoró en su día entregándole el filial franjiverde. Su plantilla alberga también a jugadores de larguísimo recorrido: José Juan, guardameta de 41 años, que jugó en Granada y Elche entre otros; Jony Ñíguez, hermano del Atético Saúl, que ha estado en catorce equipos de tres países; Juli, de 39 años, con pasado en Alavés, Rayo Vallecano y Córdoba.
La eliminatoria es un premio para ellos y para la ciudad,
SÁBADO