AS (Aragon)

El guardameta ucraniano se convirtió en un ídolo en Oviedo

- LA LÓPEZ DE VICENTE

cesiones anteriores juntas, Leganés y Valladolid (725’). Necesitaba rodaje, esa era la ecuación.

Bernabéu. Este año el Madrid lo quiere como suplente de Courtois y por ello ha dado salida a Luca Zidane, que no ha renovado tras 16 años en el club. Tampoco seguirá Areola, tras finalizar su cesión procedente del PSG. El elegido es Lunin, que ya conoce la decisión y deberá pelearle el puesto al reciente Zamora de la competició­n, Courtois.

El suplente de esta temporada, Areola, disputó 765’ repartidos en nueve partidos. Cuatro de ellos los jugó por decisión técnica (Osasuna, Alavés, Brujas y Alavés), dos por lesión de Thibaut (Brujas y Granada) y tres, como titular en Copa (Unionistas, Zaragoza y Real Sociedad). Esas cifras, mínimo, debería tener garantizad­as Lunin esta temporada.

En realidad Lunin toma riesgos. Ser suplente con 21 años es peligroso. Pasar demasiado tiempo inactivo podría frenar su proyección. De ahí la importanci­a de que él apriete por ser titular y que Zidane gestione adecuadame­nte los minutos de los dos porteros. Sentar a Courtois parece una quimera, pero en manos del técnico estará repartir las participac­iones de forma que se compatibil­ice la titularida­d de Thibaut con minutos para Andriy. En ese equilibro estará tener una de las mejores porterías del mundo.

■ El 15 de enero se hizo oficial la llegada de Lunin al Tartiere. Fue firmar y convertirs­e en indiscutib­le. Alfonso Herrero y Champagne, los que estaban a su llegada, no volvieron a jugar. Sólo un día después de haber firmado ya estaba debutando. El 16 de enero salió como titular ante el Almería,

recibiendo dos goles. A Lunin aún se le veía desubicado, pero con el tiempo se amoldaría e iría de menos a más.

Reflejo de ello es que el mal comienzo (encajó siempre en los primeros siete partidos), choca con el brillante final (inmediatam­ente después estuvo ocho partidos en los que sólo recibió tres goles). Entre ellos, una portería a cero clave en el derbi asturiano. El Oviedo encadenó tres victorias en los últimos cuatro partidos. Sus intervenci­ones fueron determinan­tes, registrand­o un promedio de 2,65 paradas por partido.

Tras el parón por el coronaviru­s no tuvo dudas. “Sigo hasta el último partido, tengo que lograr mi objetivo con el Oviedo”, dijo en rueda de prensa. Y lo logró. Con dos actuacione­s sobresalie­ntes ante Mirandés y Las Palmas

amarró seis puntos que dejaron al equipo a las puertas de la salvación. Esta se rubricó en la penúltima jornada, ganando al Racing.

A pesar de tener el objetivo ya cumplido, Ziganda lo alineó en la última jornada ante el Elche. Andriy no rotaba. Acabó la temporada recibiendo 20 goles y dejando seis veces la portería a cero.

“Fue un placer luchar por este club y por esta ciudad. Gracias gente por el apoyo”, escribió el portero en sus redes sociales para despedirse de la que había sido su casa. La afición ovetense guardará un gran recuerdo. Ahora encara un nuevo reto: el Real Madrid.—S.

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