Griezmann se difumina y cada vez chuta menos
Lleva 1,11 tiros a puerta menos que el curso pasado
El Principito Antoine Griezmann empequeñece por momentos en el gigantesco Camp Nou. Gris, como una foto en la que el francés se estuviera desvaneciendo, Griezmann volvió a pasar desapercibido en un partido de Champions. Todavía no ha marcado en Europa, donde está seco desde hace un año. Pero lo peor es que cada vez se acerca menos al gol. El francés no tiró a puerta contra el Slavia, y mira que lo intentó el Barça. Cero disparos es un dato alarmante para un delantero de tanto prestigio en Europa. Y ya es una tendencia.
Un rápido repaso a sus números permite descubrir a este Griezmann menguante, que desde la temporada 2010-11 tiene una media de 2,48 disparos a puerta y que el curso pasado en el Atlético promedió 2,89 disparos. En éste, en los 14 partidos que ha jugado con el Barça, apenas llega a 1,78 tiros. Y desde que Messi está jugando con regularidad en el equipo, cada vez se le ve menos. El dato no tiene por qué pasar de ser casual, pero el francés no le pasó el balón al argentino en todo el partido. Lenglet (6) y Semedo (4) fueron los que más pases recibieron del francés. Significa que está jugando demasiado para atrás
A Griezmann no se le pueden reprochar sus ganas de caer bien en el grupo y demostrar sacrificio. Trabaja para el grupo y recupera dos balones y medio por partido, sólo medio menos de lo que hacía en el Atlético la temporada pasada. Sin embargo, de un jugador de 120 millones que ha estado tan cerca de sentarse en la famosa mesa de Messi y Cristiano, se espera mucho más. Personalidad para acercarse al más grande del Barça como hizo Suárez en su día, o como consiguió Neymar, y tener su propio espacio en ataque.
Encajado en la izquierda por decreto, una posición que detesta aunque se muerda la lengua, Griezmann no está resultando. Este martes, Valverde le dio 25 minutos en la derecha. Allí trató de entenderse con Sergi Roberto. De momento Griezmann no chuta en el Barça y, lo que es peor, su tono es gris y su gestualidad habla de un futbolista algo desencantado. Y después de 14 partidos, eso ya no puede ser casual.
Messi El francés no le pasó el balón al argentino en todo el partido