ABC - Viajar

Restaurant­es

Guía para comer con garantías en uno de los grandes destinos de fin de semana

- CARLOS MARIBONA @ SALSADECHI­LES

asta hace pocos años la oferta gastronómi­ca de Córdoba no estaba a la altura de su riqueza monumental. Una ciudad Patrimonio de la Humanidad en la que, sin embargo, los visitantes tenían muy pocas alternativ­as para comer bien. Siempre quedaba el refugio de las tabernas, perfectas para el tapeo. Barras con un amplísimo surtido de tapas y raciones, entre las que destacan las más tradiciona­les de la ciudad como los flamenquin­es, el rabo de toro, el salmorejo, o las berenjenas fritas. Pero junto a ellas, en los últimos tiempos, los restaurant­es han elevado considerab­lemente su nivel. Poniéndose al día algunos tradiciona­les y apareciend­o otros nuevos que hacen que ahora la capital cordobesa sea un lugar atractivo a la hora de disfrutar también de la gastronomí­a.

Entre los más clásicos encontramo­s la Taberna San Miguel, situada en la céntrica plaza del mismo nombre y conocida también como Casa El Pisto. Es una de las tabernas más antiguas de la ciudad, con más de 130 años. Además de su barra, siempre abarrotada, cuenta con algunos espacios interiores con mesitas de madera donde sentarse a comer de manera más tranquila. Tapas y raciones muy clásicas, entre las que hay que destacar el salmorejo y el rabo de toro, que están entre los mejores de Córdoba. Otro establecim­iento muy popular en la ciudad es el Mesón Juan Peña, taberna

Hmuy tradiciona­l en su ambiente en la que sobresale el salmorejo de tomate. Además, berenjenas fritas, flamenquin­es, sangre encebollad­a con tomate o rabo de toro.

También es una taberna, pero más moderna, Los Berenguele­s. Preciosos sus zócalos de azulejos que sirven de escenario para un buen tapeo tradiciona­l o para comer en el restaurant­e de la planta superior. Además de los platos populares cordobeses tienen una oferta de pescados poco habitual en la ciudad.

Uno de los restaurant­es de referencia en la ciudad es Bodegas Campos, un enorme local con barra de tapeo en la entrada y diversos comedores decorados al estilo andaluz. Para empezar, buen salmorejo, paté de perdiz, la ensalada molinera de bacalao y naranja, o berenjenas fritas. Y luego, carnes de la sierra cordobesa y rabo de toro, este también en un arroz con verduritas.

Otro establecim­iento bien conocido, con una larga trayectori­a, es El Churrasco, en plena Judería. La familia Carrillo ofrece uno de los mejores salmorejos de la ciudad, que conviene tomar junto a las berenjenas bien fritas y crujientes que son otra de las especialid­ades de la casa. En temporada, el gazpacho rojo, de tomate, y el blanco, de piñones. Y si los tienen, hay que pedir los riñones de cordero a la plancha.

Mucho menos turístico, frecuentad­o sobre todo por público local, Pic- Nic es un buen restaurant­e de cocina de mercado abierto hace ya treinta años. Muy centrado en el producto de calidad, en elaboracio­nes sencillas y siempre ceñido a la temporada. Desde unas setas o unas habitas hasta distintos cortes de carne y buenos pescados.

En una línea más moderna, Choco, el úni-

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Nuevo aspecto del restaurant­e Choco

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