ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Oficios ancestrales
lómetros de vías pecuarias y unas 400.000 hectáreas de pastos. Quien le pone puertas al campo para que esta tradición siga creciendo, según esta pastora, es la Administración. «Hay nuevas incorporaciones, gente que quiere aprender el oficio, pero se topa con muchas trabas, por ejemplo, para acceder a las ayudas de la PAC. Y sin ellas es muy difícil emprender», subraya.
Una campaña «tranquila»
No lo tiene más sencillo el sector agrícola. Aunque los sindicatos esperan este año una campaña con «más certidumbre» que la anterior, desde Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) calculan que necesitarán entre 85.000 y 90.000 manos extras. Sus colegas de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) recuerdan tajantes que solo se contrata «a quien tiene permiso de trabajo», aunque la experiencia demuestra que, año tras año, con estos jornaleros llegan grupos de jóvenes que cruzan la frontera para probar suerte en un oficio poco atractivo para los locales «porque las condiciones de trabajo son muy duras y las económicas muy poco atractivas», según CC.OO. «Nosotros somos responsables de lo que ocurre dentro de las explotaciones. La imagen que se proyecta de temporeros clandestinos y sin documentación nos hace mucho daño. Y no es un problema del sector, sino un drama social al que hay que dar respuesta», subraya Eduardo López, responsable del área de relaciones laborales de COAG.
Tras los brotes aislados del verano pasado, la preocupación por mantener el Covid-19 fuera de las explotaciones agrarias se mantiene. La mayoría de los temporeros llegan de Marruecos, Rumanía y Bulgaria, y «necesitan una PCR para entrar en el país», recuerda López. Una vez en España, miles de temporeros se quedan en zonas como Almería, donde hay trabajo nueve o diez meses al año, pero otros se mueven por varios puntos de la Península siguiendo las distintas campañas de recolección: frutales, ajos, vendimia... «Algunas comunidades financian las PCR que recomendamos hacer antes de estos trayectos largos, pero también intentamos que las cuadrillas sean fijas», destaca López.
Relevo generacional
Con todo, insiste Juan José Álvarez, experto en fiscalidad de Asaja, lo más efectivo sería considerar «prioritario» el sector agrario en los planes de vacunación. Pero el campo, denuncia, necesita mucho más: «Políticas que ayuden a fijar a la población, apoyos para los jóvenes y las mujeres, cambios fiscales...».
Salitre en las venas
Tan fatigoso como trabajar en el campo es hacerlo en la mar, por eso cada vez cuesta más enrolar a tripulación nueva a bordo de embarcaciones pesqueras y mercantes. Joseba Arego, fundador de Pesqueros Hermanos Arego y patrón del cerquero ‘Nuevo Atxarre’, lleva faenando desde los 15 años, entregado a un oficio que aprendió de su padre. A sus 60 años, aún no quiere dejar un empleo que para él es casi un hobby. « Mi padre nos dio todas las oportunidades para que no tuviéramos un trabajo tan sacrificado. Pero cuando te entra el salitre en las venas…», justifica. Arego tiene suerte, porque uno de sus hijos va a seguir con el negocio familiar, pero asegurar el relevo generacional es uno de los grandes retos que tiene por delante el sector pesquero patrio. Las embarcaciones actuales son más cómodas, hay internet y la tripulación no tiene que pasar tantos meses fuera de casa como antes, cuando muchos pescadores acababan felicitando las Navidades y cumpleaños a sus hijos por radio.
«Muchos jóvenes que salen de las escuelas de navegación acaban en la náutica de recreo porque da más prestigio social. Nos cuesta encontrar jefes de máquinas, entre otros puestos titulados, pese a que los sueldos que se pagan son bastante altos. Entonces, al final se acaban desguazando barcos o dejándolos parados en los muelles», lamenta Rosa Meijide, responsable del Servicio de Formación de la Cooperativa de Armadores de Vigo. «El problema es que hay mucha incertidumbre,
Manos extra
Los sindicatos agrarios calculan que necesitarán esta campaña entre
85.000 y 90.000 temporeros para recoger frutas y verduras
Trabajar en un pesquero como el de Joseba Arego (arriba) es duro, por lo que muchos jóvenes buscan puestos en tierra o en la náutica de recreo
mucha gente no ve futuro en la pesca. Y yo creo que sí lo tiene, pero si está bien gestionada», zanja Arego.
Aunque en España hay cuatro millones de parados, a las navieras también les cuesta despertar nuevas vocaciones para manejar los grandes buques mercantes, porque, si bien las condiciones han mejorado mucho, siguen siendo duras. De hecho, la mayoría de los puestos incluidos en el Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura que elabora trimestralmente el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) tienen que ver con empleos de este sector con un alto grado de especialización: oficiales, mecánicos, jefes de máquinas... «Incluir las vacantes en este catálogo es la forma más rápida de poder recurrir a mano de obra extranjera. En nuestros barcos hay un alto grado de internacionalización, porque al final abaratar costes en este sentido es la forma de poder competir con las grandes navieras. Antes se contrataba personal de los países bálticos, pero la comunicación a bordo es clave, por lo que solemos recurrir a hispanoamericanos. Paradójicamente, en España hay siete escuelas superiores de náutica y muchos de nuestros profesionales acaban en Japón o Reino Unido», apuntan desde el Colegio de Oficiales de la Marina Mercante, que añaden que cada vez hay menos tripulación y con más responsabilidades.
Considerados esenciales al principio de la pandemia, los profesionales del mar –unos 35.000 según datos del Instituto Social de la Marina– lamentan que se hayan olvidado de ellos al poner en marcha el plan de vacunación. El País Vasco ha sido la primera comunidad que ha atendido la petición de su flota, aunque también entra en los planes inmediatos de Cantabria y Galicia.
La mayoría de los puestos de complicada cobertura del SEPE tienen que ver con la marina mercante