ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El cambio climático despertó el ingenio del hombre moderno
Tres estudios vinculan la adversidad con una revolución tecnológica de hace 300.000 años
Muchos científicos, encabezados por Richard Potts, investigador de la Institución Smithsonian, sostienen que la historia evolutiva del ser humano está marcada por nuestra genuina capacidad de ser flexibles y de adaptarnos a un entorno cambiante, imprevisible y complejo. De hecho, a lo largo de millones de años, varios cambios climáticos hicieron las estaciones más extremas y pusieron a prueba a los humanos.
Ayer, tres artículos publicados en la revista «Science» repasaron uno de los episodios de la apasionante historia de la especie humana. Una investigación dirigida por Richard Potts, otra por Alison Brooks (de la Universidad de George Washington) y una tercera por Alan Deino (del Centro de Geocronología de Berkeley) retrataron cómo hace unos 300.000 años un cambio climático fue clave en un cambio cultural crucial para el hombre: uno que supuso la entrada en el Paleolítico Medio, con el uso de herramientas más sofisticadas, nuevas prácticas sociales y pigmentos decorativos, asociados con la aparición del pensamiento simbólico.
«Este cambio hacia unos comportamientos muy sofisticados que implicaron mayores capacidades mentales y vidas sociales más complejas pudieron ser la vanguardia que distinguió a nuestro linaje de otros humanos tempranos», dice Richard Potts.
Los investigadores han adelantado a los 320.000 años de antigüedad ese cambio tecnológico en un momento que coincide con la edad del fósil del «Homo sapiens» más antiguo. Y han situado esta transformación en África Oriental, en concreto en la cuenca de Olorgesailie (Kenia), donde hay un registro de millones de años de evolución.
Hambre e ingenio
«Lo más relevante de los estudios es que ajustan muy bien la aparición de la cultura del Paleolítico Medio a un momento concreto y en el mismo punto en que ocurrió una crisis climática», explica a ABC Carlos Varea, profesor de Antropología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Pruebas geológicas, geoquímicas, paleobotánicas y de fauna han mostrado que la región estuvo marcada por importantes fluctuaciones climáticas. Entonces, aparecieron de forma alternativa llanuras inundadas, planicies secas y a veces grandes praderas. En medio de estos cambios, muchos grandes animales, como caballos o elefantes, desaparecieron. El resultado fue que el alimento se convirtió en un bien más difícil de conseguir.
«La adversidad nos hizo inteligentes», resume Varea. Parece que la imaginación y la cooperación fueron claves. Gracias a eso, comenzaron a usarse herramientas con mango, raspadores o punzones, pigmentos e incluso preciosos materiales, como la obsidiana, obtenidos de otros grupos lejanos.
Imaginación La escasez de comida propició el uso de nuevas herramientas y prácticas sociales más versátiles