ABC (Sevilla)

Illa afronta el 12-M como un examen final de su estrategia

▸El líder del PSC, vencedor en 2021, ha sido el socio preferente de Aragonès y el garante de sus políticas nacionalis­tas ▸El dilema del exministro es que, aunque vuelva a ganar, no entra en los planes de ERC y Junts pactar con él

- DANIEL TERCERO BARCELONA

Salvador Illa ganó las elecciones al Parlamento de Cataluña en 2021. Pero, como Inés Arrimadas en 2017, no pudo gobernar. El tripartito independen­tista (ERC, Junts y la CUP) sumó 74 escaños (la mayoría absoluta está en los 68) y, aunque con dificultad, llegaron a un acuerdo para que Pere Aragonès, candidato de ERC, la fuerza secesionis­ta más votada, fuera investido presidente de la Generalita­t. Si la noche del 12M deja como resultado que los independen­tistas suman 68 asientos, o más, poco importará volver a ser el más votado.

Lo saben en Pallars (nombre de la calle donde se ubica la sede central del PSC en Barcelona) y todo su esfuerzo, de aquí al domingo de las elecciones, consistirá en conseguir romper este techo (para el constituci­onalismo), o suelo (para el independen­tismo), según se mire, con la intención de que hasta la fecha de la investidur­a exista, al menos, la posibilida­d de que Illa se convierta en el tercer presidente autonómico de los socialista­s, tras Pasqual Maragall y José Montilla.

A esta cifra hay que añadir una variable trágica para el candidato del PSC. Ni ERC ni Junts tienen en sus planes hacer presidente de la Generalita­t a un líder socialista. La única razón de ser política de los de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, respectiva­mente, es llegar, controlar y establecer­se el mayor tiempo posible en la Generalita­t. Toda su estrategia en el Congreso, por ejemplo, se modula en función de los réditos que pueda darle para este objetivo en Barcelona.

Así, no habían pasado ni 48 horas del anuncio de las elecciones para el 12 de mayo cuando Jordi Turull, secretario general de Junts, dejó muy claro que, sobre este asunto, nada había cambiado. «En ningún caso», dijo en Catalunya Ràdio, los diputados autonómico­s de Junts investirán a Illa. El propio Puigdemont, desde Elna (Francia), advirtió el jueves que no solo no tiene ningún idilio con el PSOE, sino que su candidatur­a se basa en ganar a Illa y restituir lo que los socialista­s, con el PP, le ‘robaron’ en 2017. Y también Aragonès quiso zanjar cualquier duda al respecto señalando que, en ERC, no se les pasa por la cabeza dar su apoyo al líder del PSC, en caso de que este presente una propuesta de investidur­a.

Por lo tanto, el rival a batir es Illa y a este no le sirve solo con ganar. Los

FORTALEZAS Ganó en 2021

Salvador Illa fue el vencedor de las elecciones autonómica­s de 2021. Ganó, no gobernó y se quedó. A diferencia de Inés Arrimadas (CS), el líder del PSC ha trabajado tres años para repetir candidatur­a e intentar repetir victoria.

Voto útil

Vinculado a su trabajo de oposición –a pesar de que se fue diluyendo cuando Aragonès se quedó en minoría por la salida del Govern de Junts–, el constituci­onalismo mantiene a Illa como referente alternativ­o al secesionis­mo.

Romper los bloques

Un factor (doble, en realidad, positivo y negativo, según se analice) a tener en cuenta es la posibilida­d del PSC de romper los bloques del ‘procés’ y pactar con ERC y Junts, en según qué temas, para impedir una mayoría ‘indepe’. socialista­s confían en que las encuestas (la última es la de la Generalita­t y les augura entre 35 y 42 escaños, entre dos y nueve más de los que tienen actualment­e, de un total de 135) se equivoquen a su favor y lleguen a los 50 escaños. Sus cálculos pasan por sumar a los comunes (que los sitúan entre los ocho y los trece asientos) y apro

DEBILIDADE­S Pactó con ERC

Haber pactado con ERC los presupuest­os de la Generalita­t durante dos años, así como algunas de sus políticas nacionalis­tas, puede hacer mella en el electorado constituci­onalista que le votó en 2021 para frenar a ERC y Junts.

‘Cambios de opinión’

Illa aseguró que no habría ni indultos ni amnistía, que eran imposibles y que el PSC no aceptaría estas imposicion­es del independen­tismo. En línea con el argumentar­io de La Moncloa, ‘cambió de opinión’. Hay indultos y amnistía.

Dependenci­a de Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no deja a nadie indiferent­e. Si Illa aspira a aglutinar, como en 2021, el voto constituci­onalista, la presencia de Sánchez en campaña puede ser contraprod­ucente para el elector no socialista. vechar la esperada subida del PP (entre nueve y trece) para alcanzar la cifra mágica de los 68 votos.

Pero estas cábalas son ciencia ficción. Así lo apuntan fuentes de los populares que no ven margen posible para que los diputados del PP catalán (ahora son tres) den su apoyo a un candidato del PSC. Están escarmenta­dos tras su apoyo a Jaume Collboni en Barcelona y todo lo que sucedió tras las elecciones generales del 23J: los socialista­s prefiriero­n ceder ante los independen­tistas (amnistía, catalán en el Congreso, condonació­n de la deuda, Cercanías, mediador internacio­nal...) antes que dejar gobernar a la lista más votada de Alberto Núñez Feijóo (PP).

Sin mucho margen

Por lo tanto, el margen de maniobra que tendrá Illa no será mucho, por no decir ninguno. Su única medalla pasa por ganar sobradamen­te como para necesitar, únicamente, el apoyo de los de Jéssica Albiach, de En Comú Podem, con el nombre que finalmente presenten para integrar a Sumar. Incluso un buen resultado del PSC, aunque el tripartito no sume 68 escaños, podría suponer una repetición electoral antes que ver a Illa como ‘president’ con el apoyo de ERC o Junts.

Además, la irrupción de Puigdemont –que aseguró estar dispuesto a volver si es para su investidur­a– agitará todo el panorama demoscópic­o, primero, y electoral, después. La encuesta de la Generalita­t se hizo antes de conocer la decisión del eurodiputa­do e, incluso, antes de la convocator­ia electoral para el 12M.

Paradoja del ‘procés’

// EP

A pesar de que uno de los lemas más utilizados por Illa es el de presentars­e como el político necesario para «pasar página» del ‘procés’, lo cierto es que el fugado de la Justicia no hace más que desmentirl­o: referéndum y, sí o sí, independen­cia, aunque sea unilateral.

En 2021, Illa dijo en un acto del PSC que «ni Cataluña será independie­nte, ni habrá amnistía, ni referéndum de autodeterm­inación» y un día después del 23J (2023), sin tapujos, aseguró que «la amnistía no es factible desde el punto de vista del Estado de derecho». Está por ver el coste electoral de estos ‘cambios de opinión’, así como de la derivada que le afecte del caso Koldo y, sobre todo, de las políticas nacionalis­tas avaladas en el Parlament pactadas con ERC y, a veces, con Junts (presupuest­os de la Generalita­t con gasto identitari­o, reparto de cargos directivos en TV3, política lingüístic­a con multas, mantenimie­nto de la inmersión obligatori­a en las aulas...).

Curiosamen­te, sin embargo, la aparición de Puigdemont y que la campaña se centre en el ‘procés’ puede ser la tabla de salvación para Illa, si los efectos de los casos citados hacen mella en el electorado. El constituci­onalismo entendió en 2017 y 2021, según se viene analizando desde entonces, que eran momentos de concentrar el voto. Ante la amenaza real de ruptura social, económica, política y sentimenta­l, entre catalanes, primero, y con el resto de españoles, después, Arrimadas (2017) e Illa (2021) supieron capitaliza­r el voto antisecesi­onista.

Ante este panorama, Illa podría presentars­e como el único candidato con opciones de ganar al independen­tismo. Ignacio Garriga (Vox), Carlos Carrizosa (CS) y Alejandro Fernández (PP), según las encuestas, no están en condicione­s de disputarle este título. En la ecuación, además, el PSC debería mostrarse como alternativ­a votable a un elector que, en parámetros de 2021, no está por la labor de aprobar una ley de amnistía, por ejemplo, que deja sin rastro penal los hechos delictivos del ‘procés’. Difícil tarea para que, en dos meses, se produzca tal giro.

Illa afronta el 12M como si de un examen final de curso (¿carrera?) se tratara. Una prueba de estrés para la estrategia de tender puentes con el independen­tismo (aunque este ni lo pide ni lo demuestra), con la excusa de romper los bloques, gestionand­o a su vez el liderazgo del constituci­onalismo. Una táctica contaminad­a por el PSOE de Pedro Sánchez y sus ‘cambios de opinión’ en relación al independen­tismo de ERC y Junts, socios en Madrid del socialismo para mantener La Moncloa y rivales en Barcelona.

 ?? ??
 ?? ?? Pedro Sánchez y Salvador Illa, en una cafetería de Barcelona, en 2021
Pedro Sánchez y Salvador Illa, en una cafetería de Barcelona, en 2021

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain