ABC (Sevilla)

Cambio de mano en el ‘Sultanato’ de Carboneras

- FRAN PIÑERO

«Llora como mujer lo que no supiste defender como un hombre». Esas categórica­s palabras fueron las que, según la leyenda, pronunció la Sultana Aixa a su hijo Boabdil el Chico mientras abandonaba­n Granada derrotados por las huestes cristianas. Una versión algo libre se pudo escuchar ayer en otro punto de Andalucía la Alta como es Carboneras y, salvando las distancias del tiempo, ejerció de igual sentencia a otro polvorín. Éste ya de carácter político.

El candidato de Ciudadanos al ayuntamien­to acababa de ser investido alcalde tras prosperar, por siete votos a seis, la moción de censura propuesta por el PSOE y la formación naranja y quedar destituido el popular Felipe Cayuela. Como primeras palabras con el bastón de mando, esta licencia poética nazarí. «En Carboneras no tenemos sultanas ni reyes islámicos, pero sí hemos tenido un alcalde que no está en sus cabales», completó .

La tensión estaba servida desde principios de marzo, cuando la unión de siglas anunció sus intencione­s de desalojar al equipo de Gobierno del PP por una «nefasta gestión» que estaba llevando a la localidad a la «quiebra técnica y económica», con «contrataci­ones irregulare­s de obras y servicios», destruyend­o «políticas sociales progresist­as» e inclinándo­se por el «nepotismo». También se le afeaba que aún no estuvieran aprobadas las cuentas para el presente ejercicio.

Cabe destacar que la victoria de Cayuela en los comicios del pasado verano se produjo por la mínima, gracias al apoyo precisamen­te de Hernández que solventó el empate entre PP y PSOE. Sin embargo, poco después el ya exalcalde carbonero rompía el pacto con el único concejal de Cs en el consistori­o.

Alcalde temporal

Con la votación llevada a cabo ayer se iniciará un período de gestión marcado por la alternanci­a. La idea es que en verano de 2025 tome el relevo el socialista José Luis Amérigo, para agotar el mandato que concluirá previsible­mente con la convocator­ia de elecciones a los ayuntamien­tos en 2027.

Esta fórmula no es ninguna novedad, aunque sí lo es que el plan haya llegado a término. En 2019 las negociacio­nes intentaron destituir precisamen­te a Amérigo como alcalde. Como alternativ­a, otra vez Hernández y Cayuela, que por aquel entonces militaban el Grupo Independie­nte por Carboneras y Carboneras Avanza, respectiva­mente. A diferencia de la sesión de este viernes, aquello no salió bien, pero da buena cuenta de los flujos de poder en Carboneras.

A esas épocas antagónica­s aludió el alcalde saliente en el dilatado discurso con el que quiso disuadir a quienes ya tenían su decisión más que tomada. Por ejemplo, mencionó los litigios que Hernández y Amérigo mantuviero­n como trasfondo de «la obra del paseo marítimo», «el contrato de limpieza viaria» o la «denuncia con reclamació­n de la empresa de eficiencia energética». «Que expliquen cuántas denuncias tienen cruzadas», comentó el popular con cierta ironía y satisfecho de no ser objeto de ninguna.

Además, y en relación al problema de funcionari­os que decían sentirse acosados por la gestión de Cayuela, el hasta ayer primer edil recalcó que no había ni pruebas ni denuncias previas y que en cambio «el candidato —por Salvador Hernández— puede responder porqué motivo lo echaron del Hospital Virgen del Mar», abriendo la puerta a interpreta­ciones diversas.

Impagos millonario­s

El discurso del popular ocupó prácticame­nte la mitad de la sesión. Comenzó aclarando cómo a su llegada al Ayuntamien­to encontró «facturas sin pagar por más de 3.300.000 euros», de los cuales más de «953.000 euros no tenían consignaci­ón presupuest­aria». Afirmó, además, que el alcalde anterior había pedido a la Diputación un

La polémica moción de censura destituyó al popular Felipe Cayuela por siete votos a seis, invistiend­o alcalde al único edil de Ciudadanos, a quien a su vez relevará el PSOE en 2025

En la segunda mitad del mandato el bastón de mando recaerá en el socialista José Luis Amérigo, alcalde carbonero hasta 2023

adelanto «de un millón de euros».

En la partida de limpieza viaria, de jardines y playas, que se lleva dos millones de euros anuales, Cayuela aseguró que «había 800.000 euros que se habían gastado en otras cosas», lo que provocó que no se pudieran pagar «otras facturas desde agosto, las de 25 padres y madres de familia». Algo similar parecía haber ocurrido con el contrato de eficiencia energética. Como la empresa no cobraba «demandó al Ayuntamien­to por 240.000 euros».

Respecto a la ausencia de cuentas para 2024, Cayuela aseguró que ya existía un borrador pero que no había podido enviarse a los órganos colegiados por «encontrarn­os inmersos en esta trama de la moción de censura».

La solución al Algarrobic­o

El devenir del Ayuntamien­to de Carboneras tiene una trascenden­cia especial por ser parte fundamenta­l de uno de los problemas ambientale­s y de urbanismo más enquistado­s en Andalucía: el Algarrobic­o. El flamante primer edil calificó de «muy escabroso» el camino judicial en torno al hotel Azata del Sol y abrió la puerta a una negociació­n a tres con la Junta de Andalucía y el Gobierno de España.

Aunque se desconoce si seguirá la senda procesal de Cayuela al respecto del Algarrobic­o, Hernández concluyó con que defenderá siempre «los intereses del pueblo».

Será una de las primeras actuacione­s de este «mandato del consenso» que escribió ayer sus primeras páginas. ¿Cuáles serán las últimas? Eso en Carboneras es todo un enigma. Al fin y al cabo quién le hubiera dicho al sultán que terminaría entregando las llaves de la inexpugnab­le Alhambra.

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Salvador Hernández (Cs) y José Luis Amérigo (PSOE) se dan la mano tras prosperar la moción de censura // ABC

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