La fotografía pierde a Ramón Masats, un pedazo de la historia de España
Ayer murió, en Madrid, dos semanas antes de cumplir los 93 años, un gran fotógrafo, el último que quedaba de la generación de AFAL. Natural de la localidad barcelonesa de Caldes de Montbui, donde nació en 1931, se formó en Barcelona. En 1956 expuso con Xavier Miserachs y Ricard Terré, integrándose al año siguiente en la plantilla de ‘ La Gaceta Ilustrada’. Expositor en 1957 en Cultura Hispánica, y colaborador de ‘ Mundo Hispánico’, de ‘ Arte y Hogar’, y del diario ‘Arriba’, pasaría pronto a residir en Madrid, ingresando en su Real Sociedad Fotográfica. De 1958 en adelante participó en la formidable aventura protagonizada por la modesta y milagrosa Agrupación Fotográfica de Almería (AFAL), en la que Carlos Pérez Siquier y José María Artero lograron implicar a lo más granado de la fotografía española de su tiempo (ahí están su boletín, y ese objeto de culto y de colección que es su anuario de 1958, el único que llegó a salir), además de conectar con agrupaciones similares de Francia, Italia, Alemania (Otto Steinert y otros de los de la fotografía subjetiva), Bélgica o México.
La instantánea más conocida de Masats, fechada en 1960, es aquella, prodigiosa, del seminarista haciendo de portero de fútbol, en un descampado madrileño. En 1961 celebró una individual en el Ateneo de Madrid, con catálogo prologado por el arquitecto José Luis Fernández del Amo. La cubierta del mismo es una instantánea taurina, movida casi como un prePlossu. En la exposición figuraron la foto del seminarista, visiones de la Plaza Mayor, de Getafe, de los Monegros, de Peñaranda de Bracamonte, del Carnaval de Estoril, una siesta en Acapulco, Menéndez Pidal en su jardín, Azorín, Ángel Ferrant, Saura y Millares y el resto de los de El Paso… En esa época era bien poco frecuente que a un fotógrafo se le concediera una sala de exposiciones como aquella. Por aquellos años, realizó muchos encargos oficiales. Precisamente debido a eso, se le debe una muy conocida instantánea del propio Franco, ante un micrófono, en 1958.
Su primer fotolibro fue ‘Neutral Corner’ (1962), con Ignacio Aldecoa, para la benemérita ‘ Palabra e imagen’, de Lumen, donde también publicó ‘ Viejas historias de Castilla la Vieja’ (1964), con Miguel Delibes. Recordar además, en Espasa-Calpe, ‘Los Sanfermines’ (1963), donde sus visiones de la popular fiesta pamplonesa van acompañadas por un texto de Rafael García Serrano. Fotografió los rodajes de películas de ‘ Viridiana’, de Buñuel, y de películas de nuestra infancia, como ‘El Cid’ o ‘ La caída del Imperio romano’.